La Cofradía de Jesús del Vía Crucis se ha distinguido en la redacción de los nuevos estatutos para adaptarlos al documento marco del Obispado por una original iniciativa destinada a conocer si los hermanos están a favor de que la hermandad «continúe integrada por varones» como hasta la fecha o abra la puerta a las mujeres. La directiva ha organizado un sondeo que se desarrollará el Martes Santo minutos antes del inicio de la procesión. Junto con el recibo de la cuota abonada, los cofrades entregarán una papeleta expresando su opinión, que solo será «orientativa» en la redacción del nuevo reglamento.

El Vía Crucis es la única cofradía que ha optado por preguntar a todos los hermanos para no limitar la decisión a los asistentes a la asamblea cuyo número suele traducirse en una representación marginal. «Lo que salga nos dará una impresión para redactar el nuevo estatuto», explica Pedro García. El presidente de la cofradía explica que la expresión de la voluntad de los hermanos no puede ser vinculante porque «al final, es la autoridad eclesiástica quien toma la última decisión», en referencia al obispo, Gregorio Martínez Sacristán.

Los responsables de la hermandad del Martes Santo por la tarde justifican que se han decantado por el sondeo como alternativa a «manejar una asamblea» para obtener uno u otro resultado. En este caso, «seremos los únicos que realmente sabremos lo que opina la mayoría de los hermanos», incide Pedro García en referencia a la oportunidad de realizar esta encuesta el día de la procesión. Esta opinión se basa en números. Si a una asamblea acude menos de un centenar de personas, al desfile asisten unos 1.400 de los 2.000 hermanos que integran esta asociación pública de fieles.

El Vía Crucis aún no ha iniciado la redacción de los nuevos estatutos, pese a que el Obispado instó a todas las cofradías a modificar el reglamento general con un plazo que ya ha expirado. El documento tiene que amoldarse al texto marco de la Iglesia para este tipo de asociaciones y la cuestión más delicada radica en el apartado que define a los miembros, donde el Obispado ha insistido en la categoría de «fieles» para evitar que sean solo hombres o mujeres quienes integren la cofradía.

Es preciso recordar que la Cofradía del Vía Crucis está formada únicamente por varones y viene de propiciar la independencia de su sección de la Virgen de la Esperanza, que se acaba de constituir en hermandad de carácter mixto. La directiva de la asociación de San Frontis reconoce haber recibido años atrás varias solicitudes de mujeres para formar parte del Vía Crucis. «Desde entonces, no hemos vuelto a recibir ningún tipo de solicitud», aclara Pedro García. En todo caso, García Álvarez defiende que «no somos nosotros sospechosos de ser machistas» en referencia a las facilidades otorgadas por el Vía Crucis para la independencia de la Esperanza. Un caso similar en las circunstancias iniciales fue el de Jesús Nazareno, que optó sin embargo por integrar su sección de Damas de la Soledad y restringió determinados derechos y funciones a los varones.

De cualquier modo, no ha habido un criterio uniforme por parte del Obispado a la hora de propiciar el ingreso de las mujeres en cofradías tradicionalmente masculinas, si bien monseñor Martínez Sacristán ha abogado por la igualdad en las filas de las asociaciones públicas de fieles. De un lado se sitúan aquellas que, a expensas de la Iglesia, han tenido que admitir a las féminas. Es el caso del Espíritu Santo o de las Capas, pese a que sus asambleas votaron en contra.

Por otro lado, existen cofradías que han mantenido su criterio de cerrar la puerta a la mujer, aunque sus estatutos están sobre la mesa del Obispado. Ejemplo es la Hermandad de la Tercera Caída, cuyos estatutos mantienen al varón como único aspirante a formar parte de sus filas.