Hasta la bandera. Así estaba ayer la sala de exposiciones de la iglesia de La Encarnación con motivo del homenaje al maestro Andrés Vázquez con motivo de los 50 años de su alternativa, impulsado por el Foro Taurino de Zamora. No quisieron perderse el acontecimiento decenas de aficionados de las siete peñas existentes en la provincia, políticos, de diversos colores, el banderillero Javier Gómez Pascual y el novillero Alberto Durán, entre otros muchos.

Un busto de Andrés Vázquez, realizado por Tomás Crespo Rivera, ocupaba un lugar preferente al lado de la mesa situada a los pies del altar del antiguo templo. El acto comenzó con la presentación de la muestra de Pepe Moreda. El artista estuvo acompañado por diversos políticos como el vicepresidente de la Diputación, Aurelio Tomás quien se dirigió al espalda villalpandino. «Has dado a conocer el nombre de Zamora a través de tu toreo y nos sentimos orgullos».

Tras un receso llegó el momento de los compañeros de profesión, Jaime Ostos, Bote y Uceda Leal, a quienes presentó la periodista Ana Pedrero, quien aludió a su primer recuerdo del homenajeado, «una foto que tenía mi padre en el estudio». La zamorana dio el relevo en el uso de la palabra a Jaime Ostos. «Debéis de estar orgullosos de tener un torero» que ha sentido este arte «de una manera diferente». El matador ahondó. «Yo era muy amigo de Belmonte y recuerdo que en una conversación sobre toros surgió en nombre Andrés Vázquez. Fue él quien me dijo que era diferente, que tiene pinceladas de su época» y prosiguió. «Entonces le pregunté que si se parecía a él y me dijo que quizá también». Quien compartiera muchas tardes con «El Nono» resaltó: «Hay una dicho en el toreo en el que se dice que quien es buena persona cuando está toreando, es buen torero y Andrés como persona es inmejorable».

El matador José Luis Bote, uno de los discípulos del maestro Andrés Vázquez hizo presente numerosas vivencias. «Cuando empezaba, siendo aspirante, tuve la suerte de estar a su lado en un festejo donde el maestro toreó de corto en Zamora». El que fuera su pupilo y actualmente es el director artístico de la Fundación Joselito aludió a la formación que recibió por parte del villalpandino. «Joselito, El Fundi o yo, entre otros, tuvimos el privilegio de asistir a sus clases magistrales». «Fundamentalmente recuerdo sus clases por la suerte de matar, donde él nos insistía en la distancia en la que teníamos que colocarlos... siempre desde la pureza». «Sus consejos nos han servido mucho para ver este momento», remarcó.

«Desde que me inicié he escuchado por parte de mi padre que tenía que ver películas de él», indicó José Ignacio Uceda Leal. El que se vistiera por primera vez de luces en Francia mencionó la manera del terracampino de «convertir la brusquedad y la agresividad del toro en caricia y naturalidad». «El maestro ha tenido el don del temple y la naturalidad en su toreo», dijo el profesional que confesó que ha tenido la suerte de compartir algunas tientas con Andrés Vázquez.

El artista Pepe Moreda intervino como representante de la afición de Madrid, donde tantas tardes triunfó Andrés Vázquez. «Este hombre es un referente para el mundo del toreo». «Solo he traído dos retratos el suyo y el de Bienvenida», dijo, momento en el que el homenajeado solicitó un aplauso del público. «No sé quién debe más si la afición de Madrid a Andrés Vázquez o este a Madrid, pero me gustaría que el novillo que quiere matar fuera en Madrid», esgrimió el pintor.

Andrés Vázquez afirmaba, minutos antes de comenzar el acto, «para mí es una emoción muy grande este homenaje igual que lo va a ser la jornada del festival que haré el 25 de julio, cuando cumplo 80 años». «Ese día quiero matar un novillo de Victoriano vestido de corto» en la plaza de toros de Zamora, sentenció con una gran sonrisa. ¿Muchos homenajes?, es interpelado. «Sabía que iban a llegar», respondió. Primero Madrid, luego Villalpando, ahora Zamora. «Mañana (por hoy) tengo que ir Galapagar, donde toreé mucho de joven, y luego en Ledesma», enumeró. «Cuando empecé éramos muchos más. Las cosas eran más complicadas y para salir uno matador era más difícil que ahora», afirmó. «Los chicos de la Tierra de Campos, donde no había ni una dehesa ni un tentadero, teníamos que salir», explicó. «Estábamos abocados a emigrar para formarnos y hacernos nuestros hueco....». Un lugar que conllevó doce salidas a hombros en las Ventas.