Cocaína, anfetaminas y cannabis. Esa era toda su obsesión cuando fue arrestado por la Guardia Civil. Y la causa de su fuga del hospital en el que trataban de quitarle el «mono», la ansiedad que sufría. «Me fui con 15 años de casa, he vivido solo, dando vueltas para un lado y otro, por desgracia caí en las drogas con 16 años y esto me ha llevado a situaciones límite que nunca hubiera vivido de ser consciente». El testimonio del joven zamorano, extoxicómano, visiblemente afectado por su posible ingreso en prisión, le sirvió para solicitar a la juez, al terminar el último juicio que le sentó en el banquillo de los acusados, una condena que le evite «volver a lo de antes, al mismo ambiente y con la misma gente» que le introdujo en la droga y la delincuencia. Bajo los efectos de tales sustancias cometió robos, aunque en esta ocasión se le juzgaba por huir de la Guardia Civil cuando estaba ya apresado por intento de robo, en diciembre de 2009, y en un centro sanitario donde se le asistía, tras solicitarlo él mismo por un cuadro de ansiedad. Los síntomas no eran otra cosa que «el mono, solo quería consumir, no era consciente de nada». Se levantó de la camilla en la que estaba postrado, con una vía para recibir tratamiento, y se fue «andando, normal, nadie me dio el alto. Mi estado no me permitía saber que estaba detenido, me fui del hospital porque allí no tenía nada para consumir».

El delito por el que se le ha procesado es el de quebrantamiento de condena. El fiscal exige ocho meses de prisión y su condena supondría su reclusión en un centro penitenciario. Por eso, el joven hizo uso del último turno de la palabra en la vista oral, privilegio que le concede la Ley para, explicar a la juez que «mi vida ha cambiado muchísimo. Después de lo que he conseguido en dos años de terapia, ir a la cárcel sería retroceder, pediría que por favor se me cambie la pena de cárcel por cualquier otra».

El procesado, que en la actualidad trabaja y está plenamente reinsertado, apostilló que «día a día, hoy trato de hacer mi vida de forma correcta. Desafortunadamente tardé tiempo en encontrarme con un centro de desintoxicación» que le devolvió a una vida truncada por las drogas. Su abogada pidió la absolución por el estado de inconsciencia en el que cometió el delito y recordó que «no aguantó en el hospital porque estaba deseando consumir. No escapa o se fuga, de ser así, se habría escondido y no se habría refugiado en casa de sus abuelos», donde sabía que le detendrían, como así ocurrió.