En menos de una hora consiguieron «colocar» 60 euros falsos en tres establecimientos de la provincia, dos gasolineras y un bar, en los que entregaron billetes que simulaban los de 20 euros para pagar. Todavía les quedaban otros 1.170 euros sin valor legal que no pudieron introducir en el mercado gracias a los sofisticados mecanismos para detectar moneda falsa y la rápida intervención de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que detuvieron con prontitud a los dos jóvenes llegados desde Sevilla.

Ahora tendrán que devolver la cuantía del dinero falsificado, el que defraudaron en dos estaciones de servicio (en Asturianos y Camarzana de Tera) y en un bar (en Junquera de Tera) y pagar una multa de 225 euros cada uno por una falta de estafa continuada. Evitarán su ingreso en prisión al conseguir un acuerdo con el fiscal para que la Audiencia Provincial les condene a dos años de prisión, en lugar de los cinco que inicialmente solicitaba el Ministerio Público por el delito de tenencia e introducción de moneda falsa.

Cuando fueron interceptados por la Guardia Civil en el vehículo en el que viajaban desde Sevilla, tenían en su poder 53 billetes de 20 euros y uno de 50 que resultaron ser falsos. Su intención era introducirlos en el mercado, según la acusación formulada por la Fiscalía. Los agentes se incautaron de otros 379,30 euros de curso legal, que habían obtenido «con la ilícita actividad». La acusación del fiscal se sustancia en la imputación de «un delito de tenencia de moneda falsa para su distribución, en concurso con una falta continuada de estafa», el mismo que ayer admitieron haber cometido, tras el acuerdo que su abogada consiguió. El presidente del Tribunal provincial les advirtió de que si comenten una nueva infracción durante el tiempo de los dos años de condena, ingresarán en prisión para cumplir la pena completa. La letrada de los jóvenes aseguró al concluir el juicio que el dinero se lo había «facilitado un chico en Sevilla» y que el motivo de su viaje hasta Zamora fue «la visita a un amigo». En las diligencias se investigó si el motivo de su viaje era ir dejando los billetes falsos en diversas localidades, en las que abonarían la adquisición de artículos o sus consumiciones con el dinero ilegal. Con este sistema, los infractores lograban hacerse con moneda en curso a través de los cambios que recibían en los diferentes establecimientos comerciales con cada compra. Abandonaban el lugar de inmediato.