«Tuve un accidente con una moto de campo. Iba sin traje, sin casco... sin cabeza. Caí sobre una roca y me partí la columna vertebral. Fui trasladado a Salamanca, estuve dos meses en la UCI y finalmente me llevaron al hospital de Toledo, donde permanecí medio año en rehabilitación». Es la historia del zamorano Roberto Álvarez, natural de Benegiles, quien a sus 30 años lleva ya 11 con una vida sobre una silla de ruedas. Sin embargo, «hay que asimilarlo y ser valiente», dice, con esperanza. Historias como la de este joven serán las que conozcan los estudiantes zamoranos a través de una campaña escolar de deporte adaptado que promueve el Club de Baloncesto Orto Tres Cruces, compuesto por una veintena de jugadores en silla de ruedas.

A partir del día 20 de este mes y hasta el próximo junio, el colectivo ofrecerá charlas a los niños y jóvenes de los colegios de Zamora que así lo soliciten con la posibilidad de experimentar en sus propias carnes lo que siente un jugador de baloncesto en una silla de ruedas. «Son súper hombres, así los llamo yo por el esfuerzo que tienen que hacer cada día», plantea José Luis Fernández, presidente del Club Orto. Las conferencias y demostraciones que protagonizarán en los centros escolares servirán para sensibilizar, formar y adoctrinar sobre la capacidad de superación, ya que «no existe mayor limitación que las barreras mentales», explicó ayer la alcaldesa, Rosa Valdeón, durante la presentación de la campaña.

El club de baloncesto, creado en mayo del año pasado, es ya un referente en la Federación Española de Baloncesto paralímpico y la intención de Fernández es «atraer poco a poco a Zamora todos los deportes adaptados, prácticamente el 90% de ellos», asegura el presidente del Club Orto Tres Cruces.

La intención del grupo es repetir esta actividad en lo sucesivo y asentar las charlas como actividad anual en los colegios. El éxito obtenido en una experiencia piloto llevada a cabo en la capital lleva al club de baloncesto a creer en esta iniciativa tanto deportiva como social y formativa.

Juan Luis Pérez es otro de los zamoranos pertenecientes al club de baloncesto que cada día se arma de valor para continuar con su vida sentado en una silla de ruedas. El joven participó en la experiencia piloto y «la verdad es que los niños nos acaban ayudando más a nosotros que nosotros a ellos», plantea mientras define el trabajo con los escolares como «una experiencia muy agradable que voy a repetir». Este intercambio de valores y conocimientos es el mismo que llevó al psicólogo deportivo del club a participar en la iniciativa: «Al principio no podía asumir tanto trabajo y colaborar con nosotros. Ahora está completamente satisfecho», comenta el presidente. El club participará también en partidos benéficos para ayudar a asociaciones altruistas.