Egipto visto a través de los rostros de sus habitantes. Ese es el reto que asumieron hace ya dos años la periodista zamorana Nuria Tesón y el fotógrafo madrileño Miguel Ángel Sánchez, que aunque en ese momento no sabían el cambio que iba a sufrir el país, ya percibían una sociedad en plena ebullición.

Retratos fotográficos y literarios de egipcios que representaran las diferentes clases sociales, culturas y sensibilidades del país. Eso es lo que encuentra el lector que abre «El alma del mundo», una obra que a través de sus 240 páginas busca, «a la manera del Nobel de Literatura egipcio Naguib Mahfuz, contar el momento que vivía el país a través de sus habitantes», explica Nuria Tesón, que colabora desde 2009 con medios como El País, Foreign Policy o Mediterráneo Sur.

«Cada retrato tiene semanas de preparación, decenas de entrevistas, conversaciones, comidas, bodas, bautizos y funerales tras él», una descripción de la obra que no es casual, ya que los autores han convivido con los protagonistas hasta captar el fondo y la forma. «Por eso las fotos no son simples análisis literarios, sino que hablan de anhelos y sueños, de frustraciones y de esperanza, pero, sobre todo, y eso lo hemos descubierto tras la exposición en El Cairo y en París, hablan de su dignidad: "Karama", algo que ha sido el leit motiv de la revolución, y con lo que los propios egipcios se han sentido identificados en los retratos del libro, se pronuncian los «padres» de esta obra, que ya se ha agotado en sus primeras semanas en varias librerías de la capital.

Ambos ven cumplido un sueño y un objetivo después de dos años enfrascados en un proyecto que han compatiblizado con sus crónicas de la revolución en Egipto y la guerra de Libia, de las que han sido testigos de primera línea. Una posición que les ha servido para conocer, desde dentro, los sueños y las dificultades de un pueblo en plena lucha.