Los hermanos de las Siete Palabras eligieron los miembros de la comisión que guiará el próximo proceso electoral en medio de una notable tensión pese a la «nula influencia» que estos integrantes tendrán en los comicios, que se tendrán lugar tras la Pasión. El actual abad, Javier Mendiri, calificó de «destructivos» los diversos «intereses» mostrados «por meter gente de diversas candidaturas» entre los seleccionados pese a que «no vivimos de esto, es un complemento religioso a nuestra vida y ese interés realmente me da pena».

La configuración de la comisión electoral fue el tema principal de la asamblea ordinaria de la hermandad, con un «gran revuelo» que sorprendió al propio abad, que completa este año su primer mandato. «Cuando terminemos, valoraremos nuestra labor y decidiremos si nos volvemos a presentar», explicó Javier Mendiri, quien vio en la sesión de ayer «movimientos destructivos» para dirigir las Siete Palabras los próximos años.

A unos meses del cierre del mandato, Mendiri defendió sus logros, basados en «conseguir un concepto de hermandad por encima del desfile». Durante los últimos años, la directiva ha conseguido eliminar la lista de espera a tal punto que este mismo año «solo hemos podido dar unas 40 altas aunque tenemos la posibilidad de tramitar hasta 250». Hace cuatro años, la lista de espera sumaba más de 700 aspirantes. Asimismo, ha consolidado actos como la celebración de las Siete Palabras los martes de Cuaresma o las catequesis preparatorias.

En opinión de Mendiri, esta circunstancia demuestra que «las familias tienen otras cosas en qué pensar diferentes a la Semana Santa». Sin embargo, la directiva de las Siete Palabras madura iniciativas con el fin de «ayudar» a personas en una situación complicada desde un punto de vista moral, no económico. «Puesto que no podemos dar trabajo, a veces es más importante que te escuchen y que te apoyen desde un punto de vista humano», apuntó Mendiri, quien cree que «debemos aprovechar estas circunstancias para hacer más hermandad».