Arqueólogo y escritor

«Por el honor de los vacceos» es la primera novela del arqueólogo vallisoletano Roberto Losa Hernández, una aventura con base histórica que adentra al lector en la vida de estos pobladores de la meseta norte de la península.

-¿Cómo da el paso un arqueólogo para adentrarse en la ficción?

-Todo viene porque laboralmente me dedico a proyectos culturales, donde la divulgación del patrimonio cultural tiene un peso importante. Uniendo mi profesión original y mi gusto por toda la España prerromana surgió ese germen para intentar una novela.

-¿Ha sido complicado ese necesario cambio de registro?

-Sorprendentemente, no me ha resultado muy difícil. Estoy acostumbrado a escribir para que la gente comprenda procesos arqueológicos que son realmente complicados, así que en ese sentido, ha sido bastante sencillo. Otro tema es el creativo, inventarse la historia, aunque ha salido todo rodado.

-¿La elección de novela histórica viene dada por el auge de este género entre el público?

-Sobre todo viene dada por mis gustos personales por la novela histórica, que es el 80% de la literatura que leo. Y al ponerme a ello, también pensé que sería lo que mejor podría salir, a pesar que ha habido otros intentos, que quedarán en el fondo del escritorio.

-¿Y cómo surgió elegir al pueblo de los vacceos como protagonista?

-No hay ninguna novela sobre este pueblo prerromano que vivía en el centro de Castilla y León y fue un revulsivo para escribir algo. Quizá se deba a que es uno de los pueblos más desconocidos dentro del panorama científico y arqueológico. Siempre han estado en un segundo plano y es desde hace unos años cuando científicamente se está empezando a desarrollar su investigación.

-¿A qué tipo de lector va dedicada su novela?

-Al público en general. De hecho, tiende estilísticamente a ser una novela breve, porque quería hacerla así, para que llegase sobre todo a los poco habituados a la novela histórica e intentar que se conociera esta parte de nuestro pasado común.

-¿Por qué es tan poco conocido este pueblo?

-El problema de los vacceos es que sus restos arqueológicos no han sido de gran interés mediático. No son las murallas de Ulaca en Ávila, los berracos o las ruinas de Numancia. Lo que se conoce de ellos es básicamente a través de una arqueología que se ha desarrollado en los últimos veinte años y que se reactivó a mediados de los noventa con la reapertura del yacimiento vallisoletano de Pintia, en Padilla de Duero. El problema es que era un pueblo ágrafo, que carece de documentos escritos y sus restos arqueológicos han sido muy poco vistosos.

-¿Cuál es su importancia en Castilla y León?

-El principal factor de importancia de este pueblo es que abarcaba la totalidad de la provincia de Valladolid, pero también parte de la de León, Palencia, Burgos, Segovia, Ávila, Zamora y Salamanca, es decir, ocho de las nueve provincias de la región. Por lo tanto, estamos hablando de unos antepasados comunes.

-¿Queda mucho camino para descubrir más sobre ellos?

-Todavía falta ese hallazgo definitivo que haga dar el salto a este pueblo para su divulgación. Llegará seguro, pero hasta ese momento, todos los restos son interesantes, sobre todo para un arqueólogo.

-Su principal trabajo ha sido el de la divulgación y estudio del patrimonio en Castilla y León, ¿cómo los valora?

-Creo que se está en el camino adecuado, aunque falta mucho por hacer. Nosotros hemos trabajado mucho en el tema de centros de interpretación o intervenciones directas del patrimonio en yacimientos arqueológicos. Lo cierto es que es todo un reto profesional intentar acercar todos estos conceptos arqueológicos, que tienen un alto contenido científico y que son muy complicados, a la gente, pero en eso estamos.

-¿Se reconoce la riqueza de los yacimientos arqueológicos en Castilla y León?

-Quizá el problema es que parece que en Castilla y León al final solo trasciende Atapuerca, las Médulas y poco más, pero se calculan más de treinta mil yacimientos catalogados en la región, aunque no todos son visibles ni tienen infraestructuras para visitarlos. Pero si se hace con cabeza, puede llegar muy bien a la gente.

-¿El largo camino que todavía queda se puede ver frenado por las consecuencias de la crisis en este campo?

-Todo esto depende de administraciones públicas y cuando hay recortes, lamentablemente, de la cultura es de lo primero que se suele prescindir. Hay que fijarse en lo que se hace en Europa, donde se ponen en valor los yacimientos de una manera mucho más atractiva y se convierten en un importante recurso económico.

Valladolid, 1974

Roberto Losa Hernández es licenciado en Arqueología e Historia Antigua por la Universidad de Valladolid. Su labor profesional se centra en el desarrollo de proyectos culturales en «Sercam», una empresa donde trabaja gente de todo Castilla y León y que está especializada en el tratamiento de recursos culturales. Su trabajo allí, desde hace ya doce años, se centra principalmente en proyectos museográficos y expositivos. Con «Por el honor de los vacceos» se inicia en el mundo de la literatura de la mano del ilustrador José Ramón Almeida. Aunque reconoce que son muchos los lectores que le están pidiendo ya una segunda parte de su primera obra, el próximo proyecto literario de Losa Hernández estará ambientado en la Castilla y León del siglo XVIII.