Traductor, adaptador, director y actor de «Los emigrados» que se representa mañana

N. S.

El polifacético Jaroslaw Bielski actúa mañana viernes en el Principal con el montaje «Los emigrados».

-Usted es el traductor, adaptador, director y actor en la obra «Los emigrados», pero ¿cómo se embarca en este proyecto escénico?

-Soy uno de los propulsores porque es un texto que he representado con los alumnos, puesto que siempre me ha interesado. Y el ponerlo en escena surge cuando coincido con el actor Frank Feys haciendo una película y decidimos hacer algo juntos. Encajábamos muy bien en los personajes de un intelectual y un obrero.

-La obra está escrita a mediados de los 70 y sin embargo ahora está de total vigencia.

-Hoy en día con la globalización nos hemos convertido en esclavos del mundo económico. Vivimos en una opresión y esclavitud total, teniendo miedo constante a perder el trabajo, a no tener dinero... Sentí la necesidad de poner la obra en escena porque son temores que afrontamos todos.

-¿Se ha permitido ciertas licencias a la hora de llevar a cabo la adaptación?

-He respetado el texto original, pero algunos términos han cambiado porque ahora no tiene tanto sentido el término dictadura política. Ya no tiene la relevancia del momento en que se escribió, mientras que ahora existe una presión del poder económico y financiero. Es una adaptación pensando en que los referentes a una época desaparecen para hablar de los problemas actuales.

-¿El teatro debe hablar de aquello que preocupa a la gente?

-Sí, el teatro tiene que abordar aquello que realmente interesa al público. Tiene que hablar de cosas esenciales e importantes para atraer al aficionado. También en una función tiene que tener cabida el lenguaje poético, lo que también está presente en esta obra, que presenta una metáfora de una sociedad en la que dos personas plantean dos conceptos distintos de la vida.

-Dos perspectivas aportadas por un emigrante político y otro económico.

-El económico lo tiene más claro porque sabe que quiere ser rico porque con el dinero conseguirá el poder y ser alguien, mientras que el emigrante político ha perdido un poco el rumbo, dado que todo por lo que él luchaba ha perdido su vigencia. Él está de alguna manera naufragando y se aferra al emigrante económico como una especie de salvación. Los dos lanzan mensajes positivos desde la observación de un fracaso. Además, el discurso está cargado de gran humor e ironía.

-Ahora usted está acompañado en el escenario por Emilio Gómez.

-Es un actor con el que he trabajado mucho. Se formó en la escuela de «Réplika Teatro» y tenemos códigos teatrales similares. Estoy muy satisfecho con él porque la obra adquiere ahora una gran dimensión humana. Él transmite mucha ternura en su interpretación. Su personaje choca mucho con el mío.

-Usted es uno de los fundadores de «Réplika Teatro». ¿Cómo se supo en marcha este proyecto interpretativo?

-Nació de manera conjunta con Socorro Anadón, con la que trabajaba desde 1983. En el año 1989 decidimos fundar la compañía «Teatro Nuevo», con la que queríamos introducir obras dramáticas hasta entonces desconocidas en España. Posteriormente, surgió «Réplika Teatro» porque decidimos poner en marcha una academia de teatro en 1996. Casi siempre nos nutrimos en nuestros espectáculos de los actores que se han formado con nosotros. La idea es crear una compañía estable con cierto código estético común. Estoy en contra de la práctica habitual en España consistente en que para cada montaje se contrata a distintos actores, mientras que en todos los países de Europa se tienen elencos estables.

-¿Por qué?

-Desde mi punto de vista se debe a carencia de política teatral. No se contemplan montajes a más de un año, ni centros estables, por la comodidad de los políticos y por la inmediatez de las necesidades. En España no se crea, se produce. Nosotros, de alguna manera, queremos hacer un teatro que aspira a crear. Lo artístico es lo más importante.

-Su filosofía de creación artística por encima de todo, ¿se ve sacrificada con la que está cayendo?

-Un poco, por la propia dinámica del teatro español que se ha creado en base de giras. Siempre he sido contrario a una serie de actuaciones porque supone un gran gasto. Hacemos actuaciones fuera de nuestra sala para intentar vivir.

-¿Cómo ve el futuro?

-Creo que debería fomentarse la estabilidad. En Polonia existen cientos de teatros estables. Las ciudades con más de 100.000 habitantes tienen su propia compañía con un propio elenco, aunque inviten a otros actores. Hay que potenciar la cultura del teatro desde el propio lugar. Creo que hay que impulsar la estabilidad y dar un lugar a las que históricamente dan demostrado su capacidad al tiempo que hay que dar la oportunidad a las compañías nuevas. No obstante, es absurdo que cada promoción de jóvenes cree una formación. También hay que decir que hay modelos y modelos de gestión de teatro. Para mi uno de los ejemplos de hacer correcto es el del teatro de Zamora, que funciona con un presupuesto no muy amplio, pero que fomenta la afición entre el público que es lo que deben de hacer los teatros, aunque no todos los centros apuesten por atraer al espectador.

Lódz (Polonia) 1957

Actor, profesor y director de teatro. Licenciado en la Escuela Universitaria de Arte Dramático de Cracovia, amplió sus estudios en el Teatro Laboratorio de Grotowski. Fundador, junto a Socorro Anadón, de la compañía, escuela y sala de teatro Réplika. Como actor, ha trabajado en cine con directores como Julio Medem, Mario Camus o Vicente Aranda y participado en numerosas películas y series de televisión españolas, entre ellas, «Amar en Tiempos Revueltos». Como director teatral ha realizado más de 30 espectáculos en países como Polonia, Bélgica, Portugal y España. También ha sido profesor de dirección escénica e interpretación desde 1996 hasta 2007.