En plena ebullición política y mediática por la disolución anunciada de la Sociedad de Turismo, el órgano de gestión da sus últimos coletazos previos al punto y final de una época que no ha superado los dos años y medio de vida. El informe de fiscalización del Interventor que revela «irregularidades» en el seno del órgano y las derivaciones penales vislumbradas por la oposición chocan con una Sociedad que defiende su autonomía e independencia, versión corroborada por la propia alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, que se desliga del órgano de gestión pese a defender que Zamora «ya no es la misma en materia de turismo, ha mejorado en los últimos años».

t Los primeros pasos. El nacimiento de la Sociedad de Turismo auspiciado por el Ayuntamiento de Zamora germinó en una época municipal en la que los votos de la oposición eran claves para sacar adelante cualquier proyecto. Y éste no fue la excepción. Los sufragios de PSOE y Adeiza determinaron la constitución de una Sociedad cuyo visto bueno en el Pleno del Ayuntamiento tuvo lugar en julio de 2009. Las palabras enunciadas por cada responsable político en ese momento parecían, en algunos casos, un presagio de lo que pasaría apenas dos años y medio después. El entonces edil socialista Luis Carlos López ejerció de portavoz en aquella sesión, en la que anunció que el apoyo del PSOE «no es incondicional, sino condicionado a ese control en gestión e inversiones». El portavoz de Adeiza, Miguel Ángel Mateos, no dudaba que la puesta en marcha de la Sociedad «es positiva para la ciudad aunque exigimos control». La más crítica fue la concejala de IU, Laura Rivera, quien ya entonces anunciaba que «lo que pasará es que se gestionará todo con el dinero de todos pero como si fuera privado». Ante tal avalancha de escepticismo, el entonces concejal de Turismo, Luis Javier Alonso, ironizó al respecto: «Que no viene el coco, sólo un modelo de gestión distinto cuyo control estará en manos del consejo de administración y de la asamblea general de socios».

t Controversia a la vista. Apenas un mes después de la creación de la Sociedad de Turismo surgieron los primeros reproches a consecuencia de las bases para contratar a los empleados del órgano. Según los socialistas, que pidieron en reiteradas ocasiones la suspensión de las bases, el pliego «no atiende a los principios de mérito, legalidad y capacidad, no se justifican las titulaciones para cada puesto y no existe ningún criterio de los méritos que se presentan». Desde Izquierda Unida las críticas tampoco se hicieron esperar. La coalición habló de «empleos a la carta y préstamos a dedo» para referirse al citado proceso de selección de personal. En este sentido, IU habló en todo momento de la entidad como «pozo sin fondo de gasto con un montón de trabajadores a dedo del concejal». Luis Javier Alonso tuvo que salir también al paso de las críticas para puntualizar que «el consejo de administración de la Sociedad de Turismo es el que tiene las competencias para establecer las bases de contratación» y recordó que en la reunión del consejo «los representantes pudieron plantear lo que quisieron».

t Valdeón da la cara. La polémica sobre el proceso de selección del personal de la Sociedad de Turismo provoca por primera vez que la alcaldesa se posicione sobre el órgano de gestión a través de un decreto. En él, rechaza el recurso de reposición presentado por los socialistas contra las bases de la convocatoria. El texto de Alcaldía deja claro que «no cabe entrar a valorar por la institución un acuerdo de una sociedad sometida a sus estatutos y a la legislación civil y mercantil en materia de personal por no ser órgano competente», reproduce el texto, además de diferenciar el Ayuntamiento de la Sociedad de Turismo. No obstante y a pesar de remarcar una línea divisoria entre la institución y el órgano de gestión, un día después la alcaldesa defendió públicamente que el procedimiento para adjudicar los seis puestos de trabajo «se ha llevado a cabo con luces y taquígrafos de cara a seleccionar las personas más adecuadas para estos puestos». Valdeón tildó el proceso de «transparente al 100%» aunque siempre dejando clara «la autonomía» de la Sociedad de Turismo para tomar decisiones por parte de su consejo de administración en el que «por cierto, no está la alcaldesa», dijo entonces, en la misma versión reproducida hace unos días.

t Los polémicos criterios de contratación. Seis fueron las nuevas plazas creadas en el seno de la Sociedad de Turismo y varias eran las habilidades que la entidad de gestión requirió a cada uno de los 80 aspirantes. Para director de área de productos se valoró la sensibilidad mientras que para el técnico se tuvo en cuenta, además, la capacidad de atención y empatía con el público. En lo que se refiere al puesto de director de área de promoción y planificación de comunicación, la sociabilidad era también puntuable mientras que en la plaza de director de medios audiovisuales se prestó mucha atención a lo que el tribunal denominó contemporaneidad. Los sueldos de las personas que pasaron a formar parte de la plantilla oscilaban entre los 26.600 del director de área de producto o del área de promoción y los 23.800 que cobraban el resto de técnicos.

t Los recortes. Los efectos de la crisis y los excesivos gastos que doblegaban a la Sociedad de Turismo casi desde sus inicios pasaron factura en el primer año de su nacimiento. Su consejo de administración acordó en julio de 2010 reducir su presupuesto en un 30% para dejarlo en poco más de 600.000 euros frente a los 900.000 inicialmente previstos. El órgano de dirección de Turismo de Zamora estudió un déficit que Luis Javier Alonso justificaba como «un resultado normal en empresas que llevan poco tiempo en marcha y que trabajan para beneficiar a terceras». No obstante, el edil mantenía entonces «la voluntad de producir beneficios en infraestructuras para conseguir dotaciones que pongan en valor la capital», sin renunciar al reto de que la Sociedad de Turismo «se haga sostenible desde el punto de vista económico», factor básico para que su existencia se mantuviera a lo largo del tiempo. Esa base fue precisamente el determinante a la hora de tomar la decisión de disolver la entidad.

t Los damnificados hablan. Los primeros en denunciar públicamente las deudas de la Sociedad de Turismo fueron los integrantes de la Junta Pro Semana Santa (JPSS), que demandaban en noviembre de 2010 el pago de 35.000 euros. Sin embargo, el concejal Luis Javier Alonso se apresuró en desmentir tal deuda al asegurar que ésta no existía ya que la transferencia bancaria a la JPSS se produjo en enero de 2010, es decir, días después de la suscripción de un convenio aún en vigor.

t El germen de la disolución. La Sociedad ha sido casi desde su nacimiento diana de las críticas de la oposición hasta el punto de plantear su disolución a consecuencia del «derroche de fondos». El todavía secretario de la entidad, el edil de Adeiza Luis Almena, denunció en noviembre de 2010 que «se gasta mucho más de lo que se puede y aunque yo he controlado lo que he podido, Luis Javier Alonso no cuenta con nadie a la hora de hacer y deshacer hasta el punto de que ha habido facturas que yo no he firmado por estar en desacuerdo». También en ese momento la alcaldesa de Zamora salió en defensa de la entidad, atribuyendo a la Sociedad de Turismo «éxitos» como la Spain Convention Bureau o la Red Europea del Modernismo.

t Los hosteleros, a favor. Los hosteleros han defendido en todo momento la continuidad de la Sociedad de Turismo y, en pleno ataque al órgano, calificaron siempre de «paso atrás» su posible disolución. Además, apelaron a la «sensatez» de la oposición para «trasladar su campo de batalla a otros foros» y dejar de utilizar la entidad «como arma arrojadiza».

t La oposición fuerza una auditoría. La oposición unió sus votos en diciembre de 2010 para pedir una auditoría de las cuentas de la Sociedad de Turismo ante «las disfunciones» del órgano de gestión con el objeto de «aclarar su situación económica» y, en su caso, dilucidar responsabilidades. El entonces edil del área, Luis Javier Alonso, reprobó la solicitud del Pleno al considerar que la fiscalización «es continua conforme a la Ley de Subvenciones». La mayoría de la que entonces gozaba la suma de votos de la oposición permitió sacar adelante la petición en el último Pleno municipal del pasado año 2010.

t La dimisión de Almena. Un día después de la petición de la auditoría al Interventor, el edil de Adeiza Luis Almena, también secretario en la Sociedad de Turismo, dimite de su cargo en la entidad aunque permanece como consejero. «El despilfarro y la pérdida de confianza en Luis Javier Alonso» le llevó a tomar una decisión tras meses de disconformidad con el rumbo de la gestión. Después de varias advertencias sobre «el despilfarro» en la Sociedad, Luis Almena abrió la caja de los truenos y desveló que «Alonso nunca pregunta y dispone todo sin consultar» hasta el punto de reconocer que «yo he firmado facturas de proveedores después de que hicieran trabajos que los consejeros desconocíamos», dijo Almena.

t La nueva gerencia. En plena fiscalización de la Sociedad de Turismo por Intervención, la Sociedad celebró en enero de 2011 su correspondiente consejo de administración con el nombramiento de un nuevo gerente -Sergio Cruz, también director del área de producto- que despertó las críticas de los consejeros de la oposición al considerar que el sistema de elección era «antidemocrático». Alonso volvió a defender «la independencia de la Sociedad para elegir la persona que quiera la mayoría».

t Valdeón anuncia la vigencia de la Sociedad. Recién nombrada alcaldesa de Zamora por segundo mandato consecutivo, Valdeón anuncia la continuidad del órgano durante los próximos cuatro años por ser «la fórmula más adecuada para las ciudades modernas». El anuncio coincide en el tiempo con el informe previo de la auditoría, que recomienda ajustar las adjudicaciones a la normativa de la Administración Pública y aconseja «no fraccionar los contratos», tendencia habitual en la Sociedad, y «regularizar» algunos de sus procedimientos internos de adjudicación. Los resultados llegaban medio año después del acuerdo plenario para fiscalizar las cuentas y el órgano de gestión respondió con las oportunas alegaciones. No obstante, unos días después el rumbo de la Sociedad continuó con el nombramiento de los nuevos miembros del consejo tras el cambio de la Corporación después de las elecciones.

t Plan de Saneamiento y visos de futuro. A finales de 2011, la Sociedad de Turismo ya anunciaba una fusión de las políticas de gestión con el Patronato de la Diputación, una medida que en un principio no pasaba por la disolución de la Sociedad de Turismo sino por la coordinación de esfuerzos y recursos. Prueba de ello es que la nueva etapa del órgano, ya con Clara San Damián al frente, implicaba la puesta en marcha de varias pautas para sanear las cuentas en un plazo de tres años, es decir, hasta 2014. Recortar gasto en material de oficina y telecomunicaciones en un 50% durante tres años, reducir gastos de viajes con la búsqueda de tarifas más económicas, recortar gasto en publicidad y prevención de riesgos laborales así como captar nuevos socios, implantar la Zamora Convention Bureau, obtener financiación exterior y asumir la gestión de las infraestructuras turísticas eran algunas de las medidas aprobadas en el Plan de Saneamiento para enjugar su pronunciado déficit y poder empezar de cero una nueva etapa. Un giro en la política turística que llevaba implícita la disolución de la Sociedad y su transformación en nuevo ente.