El comité de empresa de la UTE Zamora Limpia desmiente el exceso de plantilla manifestado hace unos días por el concejal de Medio Ambiente, Feliciano Fernández, y recuerda que «el personal de la contrata está adaptado a la última ampliación de la concesión efectuada en el año 2009, donde se procede a una regularización de costes tanto de medios mecánicos como de personal sin que desde entonces haya habido modificación alguna ni incorporación de personal». Según el comité, lo único que ha hecho la empresa ha sido «no contratar a los trabajadores por las jubilaciones definitivas que se han producido».

Los delegados sindicales recomiendan al edil que «no se inmiscuya en las relaciones laborales entre empresa y trabajadores», una actitud que el propio comité de empresa reconoce que «no ha hecho nunca hasta ahora, a pesar de habérselo pedido en varias ocasiones con motivo de las dificultades para llegar a acuerdos en los convenios colectivos».

Las declaraciones públicas de Feliciano Fernández donde aseguraba que la plantilla excedía el personal establecido en el contrato lleva al comité de empresa a valorar que el concejal «se ha posicionado claramente al lado de la concesionaria al indicarle que no haga las contrataciones de los trabajadores y alentando con ello el paro en nuestra ciudad».

La concesión administrativa de limpieza viaria se adjudicó a Zamora Limpia en el año 2000 por 2,8 millones. A partir de entonces experimentó varias modificaciones año a año, la última de ellas prevista para 2012 hasta alcanzar los 5,4 millones. En la actualidad, la plantilla cuenta con 123 trabajadores, 21 más que en 2000 mientras que la concesión administrativa ha aumentado en 2,5 millones, casi un 90% en doce años.

Ante la posibilidad de reducir el presupuesto de la concesión y, con ello, el personal, el comité de empresa acusa al edil de «no recordar que en 2009 la concesión se amplió basándose en el criterio del crecimiento urbanístico, de modo que parece que ignora que los ciudadanos seguimos pagando el IBI y que a mayores nos imponen la tasa de basura». Además, recuerdan que «no se cumple con la frecuencia y periodicidad de barrido y baldeo, sobre todo, en la periferia, y tampoco se lavan los contenedores con la periodicidad ni la frecuencia establecida».