El Juzgado de Puebla de Sanabria reabrirá, a instancias de la Audiencia Provincial, la investigación archivada en Asturianos sobre dos hermanos ganaderos y el hijo de uno de ellos imputados por la Fiscalía en un posible delito de tráfico de carne ilegal de caza mayor, procedente de la captura clandestina, y de otros animales, una infracción penal grave contra la salud pública sobre la que habrá juicio.

La orden de los tres magistrados del Tribunal provincial se basa en la existencia de indicios suficientes de que los denunciados, cuyos nombres se corresponden con las iniciales de P.O.C., F.O.C. y F.J.O.H. (el hijo), se habrían dedicado a la caza furtiva para vender la carne de esas piezas, además de los trofeos en el mercado negro, imputaciones que les ha hecho la Fiscalía tras las pesquisas seguidas por la Guardia Civil, que incluyen conversaciones grabadas en las que estos atenderían pedidos de clientes.

Las indagaciones condujeron a los agentes a descubrir un matadero clandestino, anejo a una de sus viviendas, que, según la denuncia cursada ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Puebla por responsables del coto de Asturianos, los hermanos mantenían en funcionamiento. En esas instalaciones despiezarían los animales para su posterior comercialización y lo harían sin un control sanitario, al carecer de la preceptiva licencia de actividad.

La decisión de la Audiencia, que responde al recurso presentado por la Fiscalía y representantes del coto contra el auto de archivo de la juez, está en sintonía con la resolución por la que ya el Tribunal admitió la validez de las cintas grabadas durante la instrucción de la Guardia Civil, con la autorización del propio Juzgado. Asimismo, afecta a la decisión de sobreseer la denuncia contra tres agentes de la Benemérita, a los que se acusó de no haber cumplido con su deber de perseguir los delitos, al no denunciar las prácticas de caza ilegal de los ganaderos, propietarios de una de las cabañas más importantes de la comarca de Sanabria, y el hijo de uno de ellos, a quienes se les acusa de salir a cazar por las noches en las zonas acotadas, con el consiguiente perjuicio para los cotos y contraviniendo la legalidad. En las grabaciones de las llamadas a teléfonos móviles de los procesados se escuchan conversaciones que vendrían a confirmar este tipo de actuaciones ilícitas, de acuerdo con las conclusiones a las que llegó la Fiscalía, tras recibir los informes de la Guardia Civil sobre la supuesta actividad clandestina que implicaría la existencia de tráfico de carne legalmente sacrificada en el matadero que carecía de licencia, la denominada «Operación petardo».