La nueva parlamentaria en ciernes de Zamora, María Teresa Martín Pozo, llega a la primera línea política desde la jefatura del departamento de Familia en Zamora, pero tiene una amplia trayectoria profesional. En breves fechas espera tomar posesión de su cargo como diputada por Zamora.

-Llega al Congreso después de haber corrido, laboralmente hablando, lo suyo.

-Me fogueé en los juzgados, estuve ejerciendo bastantes años como abogado. Nada más acabar la carrera me preparé oposiciones a judicatura y fiscalía. Luego lo dejé y empecé a ejercer la profesión de abogado. Posteriormente entré en el Ayuntamiento, como técnico superior de administración local. Estuve de técnico superior de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Zamora once años.

-O sea que su paso a la consejería de Familia viene porque ya tenía experiencia en el campo de los servicios sociales.

-Tenía la plaza en servicios sociales y cuando se crearon los departamentos de la Junta de Castilla y León me ofrecieron la posibilidad de concurrir al proceso que había abierto para la plaza de jefe de Familia de Zamora por libre designación y me presenté. Para ser jefe de departamento había que ser funcionario de carrera del grupo A 1 y pedían licenciado en Derecho o Económicas. Y he estado cinco años al frente de Familia en la provincia.

-Fue cuando Familia empezó a tener estructura en las provincias.

-Efectivamente, estructura periférica. El 1 de enero de 2007 es cuando se crean los departamentos. Por cierto, a mí me nombra Rosa Valdeón, la actual alcaldesa de Zamora, que entonces era consejera de Familia.

-Como ha ido evolucionando la consejería de Familia desde esos momentos iniciales?

-Hemos ido asumiendo competencias que estaban desgajadas, asignadas a otros departamentos. Familia a nivel central empezó a crecer con Rosa Valdeón como consejera. Fue entonces cuando se creó la consejería de Familia e Igualdad. Entonces estaba la Gerencia de Servicios Sociales como un organismo autónomo que estaba asignado a la Consejería de Sanidad. Luego ya pasó a Familia, a la vez que otras competencias y departamentos que tenían otros órganos. Ahora mismo de cara a la opinión pública puede parecer que no, pero desempeña mucho trabajo.

-Los servicios sociales que son los que se ponen de referencia del estado del bienestar.

-Sí, pero no solo lo que se puede entender como básicos, para la atención de personas con discapacidad, mayores o como puede ser la atención a la familia. También nos ocupamos de los aspectos relacionados con la mujer, como formación y empleo, estamos también en drogodependencias, nos ocupamos de muchas cosas, no solo los servicios sociales puros y duros como los puede entender la gente.

-¿Cómo entra en contacto con la política y en concreto el Partido Popular?

-El proceso ha ido poco a poco. Llevo afiliada al Partido Popular desde el año 1990 o 1991, por ahí tengo el carnet. Desde entonces siempre colaboraba con el partido, sobre todo cuando había algún tipo de trabajo electoral o como interventora. Pero la primera vez que empecé a tener un «cargo» en el Partido Popular fue en el primer mandato de Fernando Martínez Maíllo como presidente provincial. Estuve entonces como presidenta de la comisión de estudio del desarrollo económico. Y al ostentar este puesto entraba en la junta directiva provincial (no en el comité ejecutivo). Y a partir de ahí fueron llegando las cosas. Me nombraron vicesecretaria de relaciones con la sociedad?

-Y supongo que va conociendo gente e implicándose más en lo que es la dinámica de la dirección del partido.

-Hombre, la gente que estamos en el Partido Popular ya nos conocíamos más o menos todos. Pero bueno, el grupo de vicesecretarios yo creo que trabajamos bien, coordinados con el presidente y secretario general, con lo cual se crea un grupo más o menos compacto. A partir de ahí, las responsabilidades para las que te designen, pues bienvenidas sean. A algunos les han llamado para otras tareas y a mi me ha tocado esta.

-El número 3 de la lista en el Congreso por el PP de Zamora, aunque no lo tiene fácil para salir, tampoco se puede considerar un puesto de relleno, y menos en estas elecciones con Calvo Sotelo como número 2.

-Cuando llevas de número 2 a una persona como Calvo Sotelo, sabía que había muchas posibilidades de que contaran con él para las responsabilidades de Gobierno. El mío nunca fue un puesto de relleno.

-O sea que sí tenía en mente que podía llegar al hemiciclo.

-Por supuesto, y lo tienes en cuenta antes de aceptar cuando te lo proponen. Porque cuando te piden un compromiso, no puedes decir, «pues bueno, ahora que realmente he salido, no acepto». Está muy meditado todo.

-¿Qué le atrae de la política con mayúsculas?

-Todo. Primero, que es una experiencia seguramente única e irrepetible, y al mismo tiempo lo que me atrae es poder trabajar por mi provincia. Siempre he intentado trabajar por los zamoranos, donde me han puesto o donde he podido. Desde los servicios básicos del Ayuntamiento, trabajando con los usuarios. Y desde la Junta de Castilla y León, intentando traer para la provincia todos los recursos que podía. Tenemos 29 guarderías en toda la provincia, del programa Crecemos, guarderías pequeñitas, a lo mejor más que en otras provincias. Porque estamos peleando lo que podemos. Y luego claro, para una persona licenciada en Derecho poder entrar en el legislativo es algo muy importante.

Zamora, 45 años

Casada y madre de una hija, María Teresa Martín Pozo (Maite como la conoce todo el mundo) está a punto de ingresar en el Congreso de los Diputados merced a la dimisión de Víctor Calvo Sotelo, que ha sido nombrado secretario de Estado, un puesto incompatible con el de parlamentario. Zamorana de la capital («no tengo pueblo») Teresa Martín es licenciada en Derecho por la Universidad de Salamanca, preparó oposiciones a juez y fiscal y las abandonó para dedicarse al ejercicio libre de la profesión. Fue cuando obtuvo una plaza en el Ayuntamiento cuando entró en contacto con los servicios sociales, con los que trabaja hasta ahora en su cargo como jefa de Familia, que debe dejar.