El cambio climático es real, existe, y tiene sus consecuencias en todos los rincones del planeta. También en Zamora, donde los naturalistas han percibido cambios muy significativos en el comportamiento de la fauna y de la flora durante los últimos 25 años. Los efectos del calentamiento del planeta no se han producido de una manera sostenida. Los naturalistas alertan de un avance «muy importante» en el último lustro y dan a la ciudadanía consejos de sentido común para frenarlo. «Dejar el coche en el garaje si no es imprescindible o comprar alimentos con el mínimo de embalajes ayudan a reducir los niveles de CO2», aseveran.

Ante los escépticos del calentamiento del planeta, la Asociación Zamorana de Ciencias Naturales exhiben algunas de las modificaciones más palpables en las zonas medioambientales por excelencia de la provincia. Responderían a una mayor temperatura los nuevos hábitos de las aves migratorias, cuyas «invernadas son cada vez menores en la provincia, ya que las aves norteñas hacen migraciones más cortas y llegan a Zamora cada vez en menor número». Asimismo, aquellas especies que únicamente aparecen en primavera y verano alargan su presencia durante buena parte del invierno. Por contra, «los datos registrados nos dicen que las aves del Mediterráneo cada vez son más frecuentes en nuestra región», explica Juan José Ramos Encalado, miembro de la AZCN.

Todavía en el terreno de la fauna, el incremento del calor «pone en jaque» algunas especies de anfibios. El caso más evidente tiene protagonista. La salamandra común «es cada vez más difícil verla en los parajes de Sayago», constata Ramos Encalado, quien apunta que «el avance de la aridez en las zonas naturales es el principal motivo».

Unas casi desaparecen y otras vienen al alargarse el territorio óptimo para la supervivencia. Los naturalistas han advertido una notable presencia de algunos insectos procedentes del norte de África. Es el caso de la libélula Crocothemys erythraea, un tipo de insecto cada vez más frecuente por estas tierras.

Hasta zonas de privilegio natural, como es el caso del parque natural del Lago de Sanabria, sufren las consecuencias de un incremento generalizado del mercurio en los termómetros. Tras cruzar datos estadísticos y recorrer diferentes áreas, los naturalistas perciben modificaciones en el comportamiento de la vegetación arbórea en las sierras sanabresas durante los dos últimas décadas y media. La subida en altitud de las especies de flora es un hecho, así como «la floración más temprana de nuestra vegetación y la aparición de ciertas condiciones de aridez». «Desde 2009 hemos percibido un avance de enfermedades como la seca en las encinas, la aparición de hongos que acaba por eliminar la planta», apuntan desde la asociación zamorana.

Extravíos que responden a una idea básica: la temperatura en el planeta aumenta y el carácter exponencial de esa subida amenaza con modificar el medio natural tal y como lo conocemos en la actualidad. «Todavía hay personas que niegan el cambio climático al advertir temperaturas muy frías algunos días de invierno. Debemos precisar la diferencia entre tiempo y clima, es decir, la media de los registros a lo largo del año y es evidente que se ha incrementado con consecuencias muy notables para la naturaleza», explica Juan José Ramos.

El citado calentamiento tiene un origen, que no es otro que la actividad humana. De ahí que los naturalistas llamen a los ciudadanos a poner su granito de arena y no incrementar la temperatura global. «Es cierto que actualmente hay coches que gastan poco combustible, pero consumen menos cuando están en el garaje. Debemos concienciarnos de que ha de utilizarse el vehículo sólo cuando es imprescindible y con ello evitaremos una enorme cantidad de contaminación», aseveran. En el caso de los alimentos, «si elegimos los que tienen menos embalajes, produciremos menos residuos y menos dióxido de carbono», añaden, en referencia a uno de los principales causantes del cambio climático.

Circunstancias más significativas en la provincia

Contaminación

Fauna

Reducción de residuos

Las materias que contienen los residuos generan grandes cantidades de dióxido de carbono. Los naturalistas llaman a elegir alimentos que lleven la menor cantidad posible de embalajes, que incrementan los niveles de CO2. Aunque esta sustancia es muy baja en la atmósfera, su incremento tiene unos efectos «muy graves» para el planeta.

Migraciones de aves

La subida de la temperatura global hace que las migraciones de aves norteñas sean más breves, mientras que aumenta la presencia de especies mediterráneas.

Las salamandras, cada vez más escasas

Especies de anfibios como las salamandras tienen cada vez mayores problemas de subsistencia en zonas como la comarca de Sayago, al avanzar la sequía. Por contra, especies del norte africano se sienten llamadas por la prolongación de su hábitat, caso del Crocothemys erytrhaea.

El coche, sólo cuando es necesario

Reducir la contaminación que emiten los vehículos es otro de los retos del siglo XXI. Ha de utilizarse sólo cuando sea necesario, incluso a pesar de que se trate de un automóvil de bajo consumo. La contaminación eleva la temperatura, que crecerá cuatro grados en la presente década.

Flora

Zonas áridas y floración más temprana

Los datos permiten constatar que la vegetación arbórea en Sanabria cada vez alcanza mayores cotas de altitud, al tiempo que avanza la aridez. Además, proliferan enfermedades como la seca, en el caso de las encinas, una suerte de hongos que acaban destruyendo la planta.