El profesor de la Universidad de Salamanca, Miguel Elías Sánchez, ha impartido recientemente una conferencia sobre feng shui en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora, tras haberse formado en esta disciplina con el maestro Kousei Takenaka.

-¿Qué es el feng shui?

-Es el arte de armonizar el ambiente. Guarda relación con el urbanismo, la arquitectura y la organización del espacio. Surge en China. Nace del taoísmo y a través de esta tradición filosófica y religiosa se va desarrollando y llega a Japón.

-¿Cuáles son los principios básicos de esta tradición?

-Postula hacer un espacio más habitable y más armónico donde, de alguna manera, todo nos sugiera paz y a la vez armonice la vida laboral, familiar e incluso la vida individual. La armonización y la organización de la energía dentro del espacio se consigue por la propia división del lugar mediante unos instrumentos muy sencillos que son una brújula geomántica, una plantilla y una regla. Fija mucho las direcciones norte, sur, este y oeste, donde se ha construido y se ha erigido el edificio. Gira sobre la protección del entorno de las partes traseras, el espacio abierto?

-¿Qué se consigue en las estancias que se planifican conforme a este arte?

-Fundamentalmente estar cómodo en el espacio. A nosotros nos choca muchísimo porque venimos de una cultura barroca que recarga todos los espacios. Aquí es todo lo contrario, es la técnica del vacío. Es más importante el espacio vacío que el que yo ocupo.

-Alude a que esta corriente armoniza la vida laboral, familiar e incluso la vida individual, ¿de qué manera?

-Trata de armonizar todo eso dentro del propio espacio en que habitamos. Muchas veces intentamos acumular mucho, cuando este arte aboga por vaciarnos. En nuestra cultura confronta la vida familiar con la vida laboral con la soledad casera que todos necesitamos, mientras que este arte lo une. No hay esos roces y aristas entre vida familiar, laboral, ni el hábitat propio. Se consigue esa armonía mediante el lugar de construcción. La armonización del espacio mediante una serie de objetos mínimos a los que se les busca los lugares adecuados, sobre todo, para que fluya la energía. Se apuesta por lugares abiertos donde el aire pueda circular y donde nosotros podamos movernos de forma libre manteniendo la idiosincrasia de cada estancia. El espacio tiene que tener unas características especiales cuando es habitado por niños, cuando va a ser el salón, que se pretende que sea el espacio armonizado para la vida social... Cada dependencia tiene siempre una función clara.

-Desde su punto de vista, ¿qué importancia tiene el color en este arte?

-Muchísima, pero asumido desde la austeridad. El color se emplea comedidamente y siempre en función de lo que voy a desarrollar en ese espacio. Se usa una paleta cromática en función de las necesidades del lugar del que se trate e incluso de los períodos del año y del estado anímico de la familia.

-¿Y la luz?

-Resulta vital. El feng shui es un arte que va a armonizar las energías que se mueven a nuestro alrededor. La luz debe de ser natural siempre, puesto que se respeta la naturaleza por encima de todo.

-Implantar estos principios en el ámbito laboral supondría...

-Que se trabajaría mejor. Nuestro cuerpo respondería mejor. Estoy seguro que tendríamos muchísimas menos enfermedades y menos dolores de espalda si es espacio laboral se ajustara a los principios de este arte. El feng shui pretende armonizar yo, mi cuerpo y mi hábitat con el conjunto de los demás y con mi vida social. Estamos hablando de una cultura antiquísima que tiene unos valores que muchas veces nosotros hemos perdido. Muchos estudios de arquitectos en sus equipos ya tienen a maestro de este arte. En España edificios como el Museo Guggenheim de Bilbao se han construido siguiendo estos postulados.