Fue preciso localizar a la veterinaria de la Junta de Castilla y León que vigila la salubridad de los puestos y los productos que se comercializan en el Mercado de Abastos, ya que se hallaba fuera del inmueble cuando los responsables del Seprona requirieron su presencia. Su primera reacción al llegar al centro comercial y encontrarse con la noticia de la apertura de una investigación policial sobre venta ilegal de carne fue «llorar, se echó a llorar al ver la que se había montado», manifestaban ayer fuentes consultadas por este diario. No hay que olvidar que «es responsable del control de calidad de los productos», explicaban las mismas fuentes, que concretaron que fue el propio jefe del Servicio de Sanidad de la Junta quien se encargó de llamarla por teléfono para comunicarle la especial visita de los guardias civiles. Ironías: Su oficina está al lado del puesto que fue precintado tras imputar a su dueño un delito de venta ilegal de carne.

Entre las funciones de la veterinaria está la de inspeccionar en cualquier momento los puestos de venta para exigir las autorizaciones, facturas de los productos que estén vendiendo, albaranes de los mataderos y sellos de control sanitarios al objeto de comprobar su legalidad y calidad. «Todos los días tiene que dar una vuelta por el Mercado y ver que todo está en perfecto estado, controlar la procedencia de los alimentos que están a la venta, las facturas», cualquier documentación que precise para preservar la calidad de los artículos.