El catedrático zamorano de Sociología, Alfredo Hernández, ha lanzado durísimas críticas al Instituto de Estudios Zamoranos «Florián de Ocampo» y al control que sobre él ejerce la Diputación después de que el centro asesor rechazara su ingreso como miembro por «carecer de los avales precisos». Hernández llama «caciques» a los responsables del instituto y acusa a la institución provincial de «falta de control» sobre el uso de la subvención anual, cuya cuantía es de 150.000 euros.

En el primero de los casos, Hernández entiende que la negativa a admitirlo como miembro «no está en los avales», ya que el resto de aspirantes «entró sin tenerlos», sino en «el recurso» que el profesor de la Universidad de Valladolid presentó contra el «injustificado» rechazo de una beca de investigación a Fernando Hernández, su hijo, para llevar a cabo su tesis doctoral.

De esta forma, el docente cree que es de «fascistas» negarle la entrada «sólo porque ejercí un derecho democrático como es recurrir algo injusto». Hernández «jura» que pidió el ingreso «para velar por los intereses de los jóvenes zamoranos», pero se encontró con la puerta cerrada. El sociólogo «duda» del criterio de la directiva, ya que «muchos de los alumnos tienen un currículo superior al presidente y el vicepresidente».

Por esa «falta de criterio», al catedrático le preocupa el destino de los fondos que la Diputación entrega a esta entidad privada sin ánimo de lucro. «Es gravísimo que el diputado de Cultura, José Luis Bermúdez, ni siquiera asista a las reuniones del instituto y que no esté enterado de lo que allí ocurre», asevera.

Pero «lo que es aún más grave» es que el presidente de la institución, Fernando Martínez Maíllo, «mienta» sobre el centro, después de aseverar en el pleno de ayer que el Florián de Ocampo es un «órgano independiente» de la Diputación. «Según el artículo 10 de los estatutos, la Diputación tiene un representante en la directiva y, por lo tanto, no puede decir que es una entidad privada», advierte Hernández, quien sostiene que la institución «no controla el destino de ese dinero».

Sobre los directivos del IEZ, el catedrático sostiene además que «son una panda de amiguetes» tras defender que «tengo mejor currículo que cualquiera de ellos».