Edificios bajo la lluvia, grifos goteando o gráficos danzando en una pared. Los alumnos del grado de Diseño de Interiores convirtieron ayer por la tarde la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora en una improvisada exposición de recreaciones de «mapping», una técnica que consiste en proyectar imágenes o vídeos en superficies reales, a las que también se puede siluetear con diferentes procesos.

A simple vista sencillo, detrás existe un intrincado trabajo con un programa informático que reflejó en diferentes superficies las propuestas de cada uno de los seis grupos participantes. Todo ello bajo la atenta mirada de Cynthia González D´Agostino, profesora de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid que ha estado durante tres días impartiendo un curso en la Escuela para explicar esta técnica audiovisual a los alumnos, con los que confiesa haber quedado encantada. «Estoy alucinada con los resultados, lo que más me ha sorprendido es el entusiasmo de los chicos, porque se enfrentaban a algo muy complicado, con herramientas y conceptos totalmente nuevos para ellos, y han sabido resolver muy bien y con rapidez».

Aparte de esta nueva experiencia para los alumnos de Diseño de Interiores, el «mapping» se puede aplicar de manera directa en su futuro profesional, «desde la vertiente artística hasta la decorativa, como puede ser en el caso del escaparatismo, aunque lo que más se conozca de este arte sean las proyecciones sobre fachadas. Se trata de un punto de partida para que ellos suelten la mente y comiencen a imaginar», reconoce la profesora, quien, además de enseñar, trabaja con esta técnica en diferentes museos, como el Reina Sofía o el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, como diseñadora técnica de instalaciones de audiovisuales.

Fue el artista español Pablo Valbuena quien introdujo en las salas de exposiciones esta particular manera de entender el arte y el «culpable» de que González se interesara por el tema. «La primera vez que lo vi, me rompió todos los esquemas mentales, no sabía cómo se podía hacer eso y quise aprender», recuerda. Ahora son los alumnos de la Escuela los que tienen esa inquietud que, a buen seguro, más de uno continuará desarrollando.