Las Cortes de Castilla y León encontraron ayer la unanimidad al votar una propuesta del Grupo Popular para que la Junta reivindique ante el nuevo Gobierno de España la definición de un «calendario concreto y cierto de ejecución de todos los tramos» de la Autovía del Duero (A-11). El procurador del PP Jesús Ángel Peregrina remarcó en su intervención ante el Pleno del parlamento autonómico, para defender esta proposición no de ley, que esta iniciativa debe servir como muestra de que «el PP sigue siendo tan reivindicativo (con el Gobierno central) como antes» de que se produjera el cambio de gobierno del pasado domingo.

El debate de esta proposición no de ley convirtió de nuevo a esta autovía que enlazaría Soria con Valladolid y la frontera de Zamora con Portugal, anunciada desde 1999, en un «arma arrojadiza» entre el PP y el PSOE, que han acusado a sus respectivos gobiernos nacionales de haber paralizado esta obra en la última década. «Está todo parado», se quejaba Peregrina sobre la gestión del Gobierno socialista en las dos últimas legislaturas, a lo que respondió Ana María Muñoz de la Peña (PSOE) que lo único que heredó el Ejecutivo en 2004, tras la salida del PP, fue su «incapacidad para resolver» el trazado definitivo de esta infraestructura que atraviesa la Ribera del Duero. «Los sorianos Juan José Lucas y Jesús Posada fueron ministros con Aznar y no lo consiguieron», remató la socialista.

El portavoz del Grupo Mixto, José María González (IU), dijo que va a «empezar a creer en los milagros» dentro de su «agnosticismo», al comprobar que el PP y el PSOE se ponen de acuerdo en este asunto, y ha responsabilizado a ambos de la situación de la infraestructura.

La realidad es que la construcción de la A-11 está prácticamente parada, y los escasos presupuestos con los que venía dotada en los últimos años, del entorno de dos millones por tramo, no hacían presagiar precisamente que se fuera a comenzar la obra al menos a corto plazo. La A-11 tiene dos partes completamente diferenciadas, la que parte de Valladolid y se dirige por Aranda de Duero hasta Soria y Zaragoza y la que nace en Tordesillas y acaba en la frontera portuguesa. Desde la localidad Vallisolentana de Tordesillas hasta la capital ya está en servicio desde hace años y su continuación, bordeando la ciudad, hasta la zona Guimaré, en el tramo conocido como Ronda Norte de Zamora, fue inaugurada en julio de 2010 por el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, tras una inversión de 27 millones de euros. En el transcurso del año 2009 fueron saliendo las adjudicaciones de la redacción de los cuatro proyectos de otros tantos tramos en los que se dividieron los apenas 70 kilómetros que separan la capital, o más exactamente el final de la Ronda Norte, y la frontera de Alcañices (San Martín del Pedroso).

El 18 de marzo de 2009 el Ministerio de Fomento anunció la adjudicación del proyecto para dos de los tramos. El primero tiene 20,2 kilómetros de longitud y enlaza Ricobayo y Fonfría. El presupuesto de adjudicación del proyecto rondó los dos millones de euros e incluía un área de descanso en el punto kilométrico 36. El segundo tramo era el siguiente a éste, entre Fonfría y Alcañices, con 17 kilómetros de longitud. La redacción del proyecto fue adjudicada por poco más de un millón de euros. El 3 de julio del mismo año, 2009, el Ministerio informó de la adjudicación de la redacción del proyecto entre la Ronda Norte de Zamora y Ricobayo, con un presupuesto de 1,8 millones de euros para aproximadamente 14 kilómetros de longitud. Se preveía un área de servicio en el kilómetro 10,1. Finalmente, el 19 de octubre de 2009 el Ministerio de Fomento hacía pública la adjudicación de la redacción del proyecto para el último de los tramos pendientes, entre la localidad de Alcañices y la frontera portuguesa, con un presupuesto de 2,9 millones de euros para un trazado de 16 kilómetros de longitud. El encargo preveía un área de servicio en el punto kilométrico 60 y el estudio del enlace con el puente internacional.