El testamento vital persigue una muerte digna, «que no nos metan en una UCI, nos sometan a tratamientos desproporcionados e inútiles que sólo alargan la vida biológica, pero no llevan aparejada ninguna calidad de vida. En esas circunstancias la muerte se produce de forma penosa», explica Ana María Marcos del Cano, profesora de Derecho y secretaria general de la UNED y experta en estas cuestiones, sobre las que disertó en Zamora en unas Jornadas sobre el testamento vital.

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