La pérdida del trabajo y los problemas económicos originados por la crisis han supuesto un aumento de los casos de alcoholismo. Esta fue una de las conclusiones puestas de manifiesto en la XCIV Reunión Interprovincial de Asociaciones de Alcohólicos Rehabilitados de Castilla y León celebrada ayer en la capital zamorana.

«Hay personas que lo están pasando mal y recurren al alcohol para sobrellevarlo», explica el presidente de Federación de Alcohólicos Rehabilitados de España (FARE), Ángel Velasco. Otra de las nuevas tendencias detectadas por las asociaciones de ayuda es un aumento del consumo de alcohol entre mujeres. «Hoy día la mujer se ha equiparado al hombre en el consumo de alcohol», según precisa el representante de la federación nacional de las asociaciones. Un cambio social que se refleja en el hecho de que «antes ver una mujer sola en una barra era raro y ahora es lo mas natural», según explica Velasco.

Sin embargo, a la hora de abordar esta enfermedad, las mujeres se encuentran con menos respaldo. «El marido alcohólico recibe el apoyo de su mujer pero si es ella la alcohólica se encuentra con menos apoyo», asegura el presidente de la Federación de Alcohólicos Rehabilitados de Castilla y León (Farcal), Francisco Velasco. En su opinión el consumo de alcohol por parte de las mujeres «todavía sufre una connotación social estigmatizada y está peor visto que en los hombres». Sin embargo, según asegura, «la dependencia de la mujer en caso de alcoholismo es la misma que en los hombres por lo que desde las asociaciones no hacemos ninguna distinción y realizamos los mismos tratamientos». En cuanto al aumento de la incidencia, Velasco matiza que «aunque sea ahora cuando la mujer haya decidido acudir a las asociaciones en busca de ayuda, los problemas de alcoholismo entre las mujeres siempre han existido pero permanecían más ocultos».

Al margen del aumento del consumo entre la población femenina, otra de las problemáticas puestas de manifiesto en el congreso es el inicio cada vez más precoz del consumo del alcohol entre los jóvenes. «Ahora mismo nos encontramos con que los jóvenes cada vez comienzan a beber antes, con unos 13 o 14 años», según expone el presidente de FARE, Ángel Velasco. Un fenómeno que ha venido acompañado de «un aumento de los jóvenes atendidos cada fin de semana en los hospitales con comas etílicos y que sufren daños cerebrales que les van a repercutir de por vida».