Saber con antelación si un tumor de mama detectado en una perra puede desarrollarse de forma más o menos maligna y agresiva es fundamental a la hora de tomar decisiones para el tratamiento, con el fin sobre todo de que eviten un sufrimiento innecesario del animal. En los perros se pueden aplicar técnicas de eutanasia, que serían imposibles de poner en práctica en humanos, y que permiten una salida temprana evitando largas agonías en el caso de que se sepa con un razonable grado de certeza que el tumorno se va a curar.

Es lo que pretende la veterinaria Miriam García Gato, hija de padres zamoranos, pero que ha tenido un azaroso periplo vital, al residir en distintos puntos del país. De hecho, nació en la localidad gaditana de Jerez, después vivió en Vitoria, más tarde recaló en Zamora, donde ha pasado una buena temporada, y ahora está a caballo entre la capital vasca y León.

Miriam García Gato se hizo acreedora del primer premio del certamen de investigación puesto en marcha por el Colegio de Veterinarios de Zamora, «San Francisco de Asís» y fallado en la última edición de la festividad patronal, que llevaba como título «Marcadores pronósticos del cáncer de mama en la especie canina: valoración inmunohistoquímica del CK19».

«Básicamente lo que hemos hecho es identificar una proteína en los tumores de mama que se dan en la especie canina, y hemos relacionado la cantidad de esa proteína, si es muy positiva o muy poco positiva, su presencia o su ausencia, con la malignidad del tumor. En base a ello podemos establecer un diagnóstico y un pronóstico, y por tanto, decidir el tratamiento mejor, por ejemplo, si merece la pena acudir a la cirugía o qué conviene para una mejor calidad de vida del animal».

De hecho, explica Miriam «existen tumores que se extirpan y posteriormente vuelen a aparecer. Siendo en animales está permitda la eutanasia y es preferible a mantener a la perra con una mala calidad de vida. Y es que, aunque se trate de un animal y sea la decisión del dueño la que prevalece, muchas veces no es fácil tomarla, debido al cariño que se les toma a los canes. «Para el dueño supone un sufrimiento importante tener un animal con una mala calidad de vida, porque no es una persona que tiene más autonomía. A un animal hay que cuidarlo, sacarlo a la calle...». Aunque «siempre hay excepciones honrosas» un mal pronóstico suele significar una deteriorada calidad de vida para el animal.

La importancia del cáncer de mama es grande en la especie canina. De hecho, apunta la veterinaria, es el tumor «más frecuente en perras, sobre todo si están enteras, ya que si se castran de jóvenes se reduce bastante su aparición». Sin embargo después del segundo celo la probabilidad de aparición del cáncer de mama es también bastante alta en perras entreas. «Pasa igual que nos ocurre a las personas, que vivimos más, somos más longevos, se trata mejor a los animales y por tanto la frecuencia de los tumores aumenta».

La línea de investigación sobre esta proteína surgió para Miriam a raíz de «un trabajo fin de master en la Universidad de León. Había ciertos proyectos, como los de Claudia Pérez y María José Iglesias, con unas una línea interesantes».

Los resultados son esperanzadores pero, explica la joven veterinaria, todavía no se pueden aplicar en la práctica clínica diaria, y hacen falta más estudios e investigaciones antes de llegar a resultados prácticos. «Hay que hacer más estudios , sobre todo para analizar un mayor número de casos y tener una base estadística más sólida. De hecho, no hay muchos estudios respecto a esta proteína». A la espera de que los resultados se puedan aplicar en la práctica desde luego el descubrimiento abre muchas posibilidades de cara al mejor tratamiento para los animales de compañía.

El jurado del Colegio de Veterinarios consideró de sumo interés el trrabajo de García Gato, por lo que decidió darle el primer premio en la última edición.