La «carrera» comenzó en la avenida de Portugal, hacia las 6.30 horas de ayer. El Volkswagen Golf negro, que al parecer conducía una joven acompañada por otros dos muchachos, aceleró en dirección a la plaza de Alemania cuando el semáforo cambió a verde. La proximidad de un coche camuflado de la Guardia Civil, con agentes uniformados, parece que fue la causa de la estampida, que terminó con el turismo empotrado en la fachada de cristal de la panadería-cafetería, «Pan de Lujo», en la avenida de Las Tres Cruces, en el número 29. La conductora trataba de continuar su huida, con el coche de la Guardia Civil pisándoles ya los talones, por la calle de Monsalve, una maniobra que le fue imposible realizar. Perdió el control del vehículo y entró directamente en la acera, se llevó por delante e hizo añicos el banco de piedra situado junto a un contenedor y el coche entró literalmente en el establecimiento, aunque inexplicablemente con la parte del maletero. La zona del asiento del conductor y el copiloto quedó asomando hacia la acera, a través de la luna de cristal que conforma la fachada del negocio, al aire libre desde ayer.

El coche arrolló la marquesina, las sillas y las mesas del interior del local ubicadas junto al gran escaparate, así como el enorme letrero luminoso de grandes letras con el nombre de la degustación, situado a pie de calle, que arrastró hasta la mitad del establecimiento. Del turismo salieron sanos y salvos los tres jóvenes, tan sólo uno de ellos, el dueño, con una herida leve en un brazo. El fuerte impacto del coche contra el banco primero y contra el escaparate después despertó a los vecinos de la céntrica calle, en silencio a esa hora de la madrugada, que salieron a los balcones y, no pocos, se aproximaron hasta la tienda. La Policía Nacional, la Municipal, los bomberos y una ambulancia del servicio de emergencias 112 acudieron de inmediato al lugar de los hechos. Una grúa tuvo que sacar el turismo de la tienda.

La Policía Municipal realizó el preceptivo control de alcoholemia, cuyo resultado no ha sido dado a conocer. En cualquier caso, quien condujera el vehículo se podría enfrentar a un delito de conducción temeraria y otro de posible intento de fuga ante la presencia de la Guardia Civil siempre que los agentes dieran el alto al turismo sin conseguirlo, dato que no se ha trascendido.

Los agentes municipales acordonaron la zona para permitir el trabajo de los bomberos, que «me han dejado todo estupendamente», agradecía la propietaria del local, Casilda Martín, todavía «impresionada» por lo sucedido. «Si no les llega a frenar el banco, se meten de lleno y me destrozan toda la tienda», declaraba ayer mientras se felicitaba porque el desastre no hubiera sido mayor: Su empleada comienza a trabajar a las 8.00 horas. «Doy gracias de que no haya ocurrido de día porque hubieran matado a alguien», agregó. Casilda llegó a las 7.00 horas y «me quedé asustada. Aunque me habían avisado, ver el coche dentro del local fue una sensación horrible».