El sueño se hizo realidad para la ciudad, su Semana Santa y los zamoranos. Al fin, tras una tarde tensa, larga y muy alegre a ratos, Benedicto XVI avanzó en el célebre papamóvil por el paseo de Recoletos hasta llegar a La Crucifixión y bendecir con su mano derecha la obra que el imaginero coresano Ramón Álvarez realizó en 1885. Así, 125 años después de ver la luz el grupo escultórico, el máximo representante de la Iglesia de Roma dio su beneplácito a la escena de nueve figuras que inmortaliza el momento que Jesús es clavado en la Cruz.

Es la primera vez que un grupo escultórico de la Semana Santa de Zamora recibe tal honor, que ha sido posible gracias a la celebración del Vía Crucis que tiene lugar en cada una de las jornadas mundiales de la juventud. Al celebrarse en España, los organizadores optaron por seleccionar piezas de imaginería que representaran cómo se vive y se interpretan los últimos días de Jesús en las diferentes regiones españolas. A La Crucifixión le correspondió ser la X Estación, entre «Jesús es despojado de sus vestiduras» granadino y el célebre Crucificado de Mena, perteneciente a Málaga, más conocido como el Cristo de los Legionarios.

La tarde fue más que larga para los miles de católicos que tomaron desde el mediodía el extenso paseo de Recoletos con el fin de asegurarse un puesto de privilegio para ver llegar al Santo Padre. A las cinco de la tarde, el itinerario de la Pasión en Madrid quedaba sellado. Durante toda la jornada, el paso de Zamora fue visto por miles de creyentes, que conocieron algunos detalles de la Semana Santa local gracias a los paneles informativos colocados por la Cofradía de Jesús Nazareno.

Junto a la directiva de la hermandad, semanasanteros ilustres no quisieron perderse el acto, al que asistieron mezclados con los miembros de La Congregación. Sobre las siete de la tarde, el Papa dejaba la Nunciatura para acudir a la plaza de Cibeles. Quince minutos después, el papamóvil entraba en Recoletos a escasa velocidad. Al llegar a la décima Estación, Benedicto XVI alargaba su brazo derecho y realizaba la señala de la cruz ante la escena de la Semana Santa de Zamora presente en el Vía Crucis y sellaba un momento histórico para los zamoranos.