Un reciente estudio elaborado por la Universidad Camilo José Cela, revela que el noventa por ciento de los adolescentes de entre 11 y 17 años, r econocen tener uno o varios perfiles en redes sociales. De ellos, más del cuarenta por ciento reconoce visitarlos varias veces al día. Incluso, un once por ciento cree que su vida sería aburrida sin estas redes. Este fenómeno está siendo estudiado por diferentes psicólogos para conocer los riesgos. Silvia Casaseca y Mila Rueda piensan que los problemas generados por las redes vienen dados por su «mal uso».

-¿Son las redes sociales un peligro para los adolescentes?

-Mila Rueda (M.R.):Partimos de la base de que esto es buenísimo siempre y cuando se sepa utilizar. Es buenísimo que los padres sepan que los chicos tienen que tener un control. Que no solamente utilicen la red para hacer un trabajo. En ese sentido, es el mejor medio que hay. Ahora, también hay que ser conscientes de que tiene sus peligros. Y el problema está en que los chavales no son conscientes. Por eso muchas veces cuelgan fotos, direcciones, teléfonos. ¿Por qué cuelgan eso? Porque no tienen en la cabeza que eso pueda resultar peligroso. Quizá sí que haya chicos que son más conscientes de los peligros, pero es porque se lo explican en casa y están detrás de ellos. Eso sería lo ideal.

-¿Cómo se puede controlar ese mal uso de las redes por parte de los adolescentes?

-M.R.:Los niños de 11 años ya han vivido en red, entonces su cognición está dentro de la red. No lo puedes evitar. Es como la gente mayor que aún cuenta en pesetas, porque han nacido con ellas. Por eso están tan metidos en el mundo cibernético, que es un potencial tan maravilloso que no se puede desperdiciar, pero que está mal utilizado. No se puede permitir a un chaval que esté siete horas, o cuatro, o cinco, delante de un ordenador. Pero están. De ahí radica el problema.

-¿Cuáles son los indicadores que pueden alarmar sobre una posible adicción?

-M.R.:Es sencillo. Coge el ordenador de tu hijo, córtale la red y mira cómo reacciona. Si el chaval te dice «te mato», entonces es que tiene un problema. Si por el contrario reacciona de manera normal, es que ha captado el mensaje. Es como todo en esta vida. Si estás enganchado, es una adicción. Y si te desconectan, te entra el mono. Todo es adictivo, y esto más, porque te proporciona mucha información, mucho placer, es muy novedoso, muy innovador, te puede dar lo que tú necesitas. Pero hay que llevar un control.

-¿Ese control es competencia de los padres?

-M.R.:El problema es del sistema. En ese sentido, todos somos culpables y todos somos responsables. Los padres sí que deberían controlar, pero es que hay muchísima gente que todavía no tiene ni idea de manejar un ordenador. Si el padre no sabe nada de internet, a ver cómo controla al hijo. Y si hablamos del medio rural, la cosa se acentúa. Lo que hay que hacer es perder el miedo a las nuevas tecnologías. Hay que procurar defenderse, aunque cueste. Porque los hijos nacen ya con esta era y entonces hay que prevenirlos.

-¿Prevención o prohibición?

-M.R.:Prevención siempre, sin ningún tipo de dudas. A un chaval no le puedes prohibir, porque entonces lo estás provocando. Hay que informarles, mostrarles las partes buenas y las partes malas. Sentarse con ellos y decirles: «esta foto no la subas por está razón, o este dato no lo aportes por la otra razón».

Silvia Casaseca (S.C.)Todo se basa en la educación. Lo cierto es que hay campañas muy buenas que informan sobre los peligros de las redes sociales, pero casi no se ven ni en televisión ni en radio. Lo que hay que hacer es insistir. No puedes lanzar la campaña y dejarla olvidar. Insistencia, esa es la clave de todo.

-¿Se corre el riesgo de abandonar las relaciones personales frente a la interactuación en redes sociales?

-S.C.:Es algo que se está dando. No en mucho porcentaje, pero se da. Existe gente que con problemas emocionales que las utiliza de ese modo. Hay un índice elevado en adolescentes de problemas de baja autoestima o escasas habilidades para establecer relaciones y en internet encuentran el modo de sentirse agusto y atreverse a relacionarse. Pero volvemos a lo mismo, hay que saber utilizarlo y para eso es necesaria la información.

-¿El «ciberbullying» existe o es más una alarma social?

-M.R.:Esto es una realidad y ocurre. Otra vez lo de siempre, viene del mal uso. Pero hay gente que se dedica a acosar a otros por internet. Y aquí es donde entra la pederastia. El mal uso de las redes sociales puede ser una ventana a la pederastia. Si la niña pone una foto de su hombro, o una foto en bikini, está incitando al pederasta. Eso hay que erradicarlo cuanto antes.