La eliminación de la demora obligatoria de 24 horas desde el fallecimiento hasta el entierro es una de las grandes novedades del proyecto de ley de servicios funerarios aprobado a mediados de mes por el Consejo de Ministros, a falta aún de su paso por las Cortes. Y es uno de los aspectos positivos de la nueva norma que según la opinión de los responsables de funerarias de Zamora consultadas por este diario, presenta novedades interesantes al eliminar trámites en general costosos para el ciudadano y también algunos aspectos negativos, como la supresión de la autorización de actividad. En general los empresarios del sector se muestran cautos sobre todo porque, como suele ocurrir, una cosa es la literatura y otra la práctica.

Uno de los convencidos de la bonanza del proyecto de ley de servicios funerarios es Eloy Luis, gerente de Funeraria Duero, para quien la eliminación del plazo de 24 horas para poder mover el cadáver, de la obligación del compartimento de zinc y la petición de autorización a los servicios de sanidad de las comunidades autónomas permitirán a las empresas zamoranas realizar traslados «desde Cataluña o Madrid, cosa que ahora es prácticamente imposible, y casi siempre acaban haciéndolo las funerarias de estas comunidades. Esto si que puede suponer un ahorro importante para nuestros clientes». Julio Asenjo, de Nuestra Señora del Tránsito, considera lógica la eliminación del requisito de las 24 horas, ya que con los medios actuales el diagnóstico de la muerte no ofrece las dudas de antaño, donde podía caber el margen para los casos de catalepsia.

El gerente de Funerarias Duero considera positivo también que se obligue a las empresas de seguros a ofertar al cliente todas las funerarias existentes en el término, y no una exclusivamente ya que «hasta ahora la familia no pintaba nada y lo único que hacía era pagar». El responsable de Nuestra Señora del Tránsito, sin embargo, discrepa, y considera que ya en estos momentos los familiares pueden optar libremente por el tanatorio de su elección, según la situación o la preferencia. Luis asegura que la nueva regulación «elimina rigideces» como el hecho de que funerarias de los pueblos no pudieran llevar los cadáveres a su localidad de origen y tengan que dejarlos en Zamora, mientras Asenjo asegura que esta situación ya no se da y de hecho empresas de los municipios de la provincia recogen directamente a los fallecidos en Zamora.