Ciento setenta y ocho personajes ilustres vinculados por razón de nacimiento o muerte a la provincia de Zamora aparecen entre los 22.782 que conforman los 25 primeros volúmenes del Diccionario Biográfico Español la magna obra de la Real Academia de la Lengua que inició el zamorano Quintín Aldea, cuyo estreno no ha sido precisamente brillante, debido a la agria polémica levantada por la ficha correspondiente a Franco. Polémicas aparte la obra supone un monumental esfuerzo de documentación sobre los personajes de la historia de España, en la que Zamora juega un papel importante. Incluso antes de que España existiera, con Lucius Fabius Silo, nacido en Brigaecium (Fuentes de Ropel), que fue un militar hispano romano de rango ecuestre. Viriato figura como nacido en el actual Portugal.

t Reyes. Teniendo en cuenta que sólo se han publicado los personajes cuyo apellido comienza entre la A y la G, a Zamora le corresponden nada menos que nueve reyes, incluyendo tanto los nacidos como los muertos en Zamora o reinas consortes y excluyendo otros como Sancho II, fallecido en Zamora pero que aparecerá en los próximos volúmenes, que cayó a manos de Vellido o Bellido Dolfos, un caballero zamorano, se supone que nacido en la capital, que aparece en la obra no como traidor o como leal a su ciudad, sino en su calidad de «regicida». Alfonso IX, rey de León, nació en Zamora en 1.171, Beatriz de Castilla, reina de Portugal e infanta de Castilla lo hizo en Toro en 1.293 y Fernando III El Santo, rey de Castilla, de León y conquistador, llegó al mundo del Peleas de Arriba en 1.201. Fallecieron en la provincia Alfonso III El Magno, rey de Asturias y de León, en el año 910 en la capital; Beatriz de Portugal, reina de Castilla consorte e infanta de Portugal, que lo hizo en Toro en 1.420; Beatriz de Suabia, reina de Castilla consorte fallecida en la misma ciudad en 1.235; Sancho III de Castilla, hijo natural o bastardo que dejó este mundo también en Toro en 1409; Fernando II, rey de León, muerto en Benavente en 1188 y el también rey de León García I, que falleció en la capital en el 914.

t Nobles y cortesanos. La nómina de nobles y cortesanos es más amplia. De Zamora figuran Pedro Alfonso de Escalante y Francisco Enríquez de Almansa, noble y benefactor, marqués de Alcañices. Juan Alfonso Pimentel, conde de Benavente falleció en esta ciudad en 1419; Ponce de Cabrera, vizconde de Gerona y de Ager falleció en Zamora en 1162 y Antona García una noble y cortesana venía al mundo posiblemente de Tagarabuena en la primera mitad del XV.

t Inquisición. La Inquisición y el Santo Oficio tuvieron también a zamoranos en puestos relevantes. Quizá el más conocido fue el toresano fray Diego de Deza y Tavera (1443) que fue, entre otras cosas, inquisidor general y confesor real. Junto a él, Luis Cabrera, "Basilio de Zamora", escritor y calificador del Santo Oficio, lo mismo que Juan Cortés Osorio, de Puebla de Sanabria quien además destaca por censor y polemista. Juan de la Fuente (de Fuentesaúco), fue consejero de la Inquisición y del Consejo Real de Castilla y Antonio Enríquez de Porres, predicador real, consejero de Estado, calificador del Santo Oficio y virrey de Aragón.

La nómina de virreyes es amplia, como el infante don Enrique, señor de Vizcaya, que murió en Toro, Diego Enríquez de Guzmán y de Toledo «Conde de Alba y de Liste», virrey de Sicilia, Martín Enríquez de Almansa, de Alcañices (virrey de la Nueva España y del Perú), el toresano Andrés Girón, virrey de Galicia, Honorato Ignacio de Glimes y Brabante, virrey de Navarra; Prudencio Guadalfajara y Aguilera, conde y duque de Castroterreño, ministro, prócer, virrey de Navarra y grande de España; y el villalpandino Gaspar de Borja y Velasco, virrey de Nápoles, gobernador del milanesado y presidente del Consejo de Italia.

t Conquistadores. La presencia de zamoranos se dejó sentir en la conquista del Nuevo Mundo. Alonso de Aguilar, de La Hiniesta, figura como conquistador y poblador; Lorenzo de Alvarado siguió su vocación religiosa en América; Diego de Armenteros y Henao, de Fuentesaúco, murió en Lima tras ser oidor de audiencia y alcalde del crimen de la audiencia. Fray Toribio de Motolinia o de Benavente nació en esa ciudad y falleció en México, tras una gran labor como misionero, fundador e historiador; Gonzalo de Benavides fue poblador y encomendero (así se denominaba a los españoles con indígenas a su cargo en las colonias); el benaventano Alonso Briceño fue conquistador; el toresano Manuel Bustamante, gobernador; Francisco de Ceynos y Obregón, natural de la capital y fallecido en México fue oidor; Juan Díaz Caballero, comerciante; Juan Fernández de Prada, de Galende, aparece como conquistador y encomendero, el toresano Fernán González fue poblador y el zamorano Baltasar Guerra encomendero.

t Obispos. Una decena, desde Antonio del Águila hasta Julián Barrio (de Manganeses, actual arzobispo de Santiago), pasando por Tomás Belestá y Cambeses, Juan Díaz de Benavente, Alfonso de Fonseca, Julián García Centeno, Juan González Feijoó Villalobos, Juan Grau o Isidoro Gutiérrez Civil, estos últimos fallecidos en Zamora. La nómina de religiosos es amplísima, 29, entre los que figuran Benito de Alarcón (también escritor), Pedro de Alba, Luis Álvarez de Solís, Juan de Amusto, Martín Arias «Martinus Zamorensis», «Froilán de Rionegro», o Juan de Grado.

t Políticos. Una nómina asimismo amplia y de sumo interés, que encabeza Santiago Alba Bonifaz, ministro y presidente del Congreso de los Diputados. Ministro fue José María Cid, comisario general de Cruzada Pedro de Deza, gobernador de los Países Bajos el Conde de Fuentes de Valdepero, consejero de Estado Antonio de Fonseca y valido Alfonso de Fonseca. Ángel Galarza fue un destacado político del siglo XX, Juan Nicasio Gallego uno de los diputados de las Cortes de Cádiz, Wenceslao González Oliveros escritor y político y Gaspar de Guzmán y Pimentel, Conde-duque de Olivares, uno de los hombres más influyentes de su época (muero en Toro en 1645). Diego del Castillo presidió el Honrado Concejo de la Mesta.

t Historiadores. Además del mentado Quintín Aldea, de Gema, hay nombres de la talla de Cesáreo Fernández Duro (marino y geógrafo) o Juan Gil de Zamora.

t Artistas. El escultor José Luis Alonso Coomonte comparte honores con Eduardo Barrón, los toresanos Juan Ducete «El Mozo» y Sebastián Ducete, Juan Falcote o Mauro Ferreiro, que murió en Hermisende. Junto a ellos, los pintores Lorenzo de Ávila, Luis Castillo o José María García Fernández «Castilviejo». Luis Cuadrado se destaca como técnico de teatro y cine.

t Escritores. Pedro Álvarez (Villalba de la Lampreana), el poeta León Felipe Camino Galicia (Tábara), Leopoldo García-Alas y Urueña «Clarín», Agustín García Calvo y Antonio García Solalinde son los escritores más destacados.

t Músicos. Figuran los maestros de capilla Diego Briceña y Juan García de Salazar, los organistas Antonio de la Cruz y Eugenio Gómez Carrión, el compositor Bartolomé de Escobedo y el Musicólogo Antonio Gallego.

t Juristas. Destacan el catedrático Ursicino Álvarez, el fiscal del Supremo José Díaz Macuso, el presidente del mismo tribunal Ángel Escudero del Corral (de Puebla), el magistrado Antonio Gullón o el primer presidente del Tribunal Constitucional, Manuel García-Pelayo, natural de Corrales.

t Santos. Aparte de Fernando III, está Lucas Alonso, «Lucas del Espíritu Santo», de Carracedo de Vidriales y el beato Abraham Furones.

t Ciencia. Hay médicos como Alberto Gómez Alonso, Alejandro Domínguez, León Corral o Sebastián Coll, un homeópata del siglo XIX; farmaceúticos o botánicos como Gastón Alonso, Manuel Blanco, Bartolomé Casaseca, Francisco Castro.

t Otros. Desde ocupaciones en principio poco propicias también se puede entrar en la historia. Es el caso del minero Pedro de Bolaños, de Villalpando; el empresario harinero Luis Carbajo; el impresor Antón de Centenera; el guerrillero Blas Cobreros, de Morales del Rey, o el sirviente Rodrigo de Escobar.