Surgiendo de las cenizas presupuestarias a las que le había condenado una inexplicable ceguera municipal, el Pórtico de Zamora renació anoche como el ave fénix gracias a diversos patrocinadores y pudo volver a demostrar por qué entusiasman sus propuestas hasta el punto de atraer a alguien tan relevante como Antonio del Moral —director del CNDF— hacia San Cipriano. El programa elegido para el concierto inagural de esta Novena Edición era sugestivo porque pretendía ofrecer al público una lectura distinta de la condena y muerte de Jesús. El experimento se basaba en una selección de recitativos de las Pasiones según san Juan y san Mateo de Bach, entre los que se intercalaban arias para voz solista procedentes de cantatas. Algunos fragmentos instrumentales muy conocidos de la literatura de Bach servían para enmarcar las diferentes escenas del relato evangélico o para meditar sobre ellas.

Para poder escuchar plenamente a un grupo como el Barokksolistene ensemble conviene ser capaz de disfrutar de la imperfección que conlleva la práctica con instrumentos originales, el atractivo y sabor que aportan el crujido de las crines sobre las cuerdas de tripa o la caída de la afinación con el paso del tiempo, realidades conciliables con una buena calidad interpretativa. Fueron destacables las intervenciones solistas de Bjarte Eike (violinista), David Gammelgard (chelista) y los dos oboístas, si bien es cierto que en ocasiones su timbre destacó en exceso sobre la limpia, timbrada voz de Nicholas Mulroy —sobre todo en el diálogo de violines de Des Vaters Stimme liess sich hören—. El tenor inglés mostró sus amplias posibilidades declamatorias haciendo sentir al público zamorano en su propia piel el frío de la noche, la afable presencia de las Marías o el terror de los discípulos. La organización del programa, confeccionada por él mismo, le obligaba a dar vida a diferentes personajes, a ser ejemplo vivo de la convivencia del bien y el mal dentro de cada persona, algo que realizó con convicción e impulso.

Llamó la atención la elección del bajo Joao Fernandes como Jesús para este concierto, ya que tiene mayor experiencia encarnando personajes bufos. Sin embargo, pudo suplir la naturalidad de Mulroy con sus buenas dotes teatrales, un bonito timbre y un cuidadoso trabajo del contenido del texto —no así de la fonética, un tanto resbaladiza en las zonas más cavernosas de su generosa tesitura—.

El Festival continúa hoy con tres propuestas: Los conciertos de Ophelie Gaillard y el grupo Il Complesso Barroco, a las 12 y 20.30 respectivamente, y la conferencia de Fernando Argenta, en el Etnográfico a las 18.30 horas.