«¡Ya me acuerdo, fuimos a la misma clase!». Esta fue de las frases más repetidas durante la celebración de los 75 años del colegio Amor de Dios de la capital, que reunió a más de 300 antiguos alumnos en torno al centro que les vio crecer.

Con una conferencia de Luis Miguel y Alberto Pedrero, hermanos y estudiantes del colegio, convertidos hoy en dos personalidades de la educación en la Universidad Pontificia de Salamanca, comenzó una jornada de reencuentros y recuerdos con pizarrines, babis y reválidas como temas comunes.

«Al hilo del aniversario hemos querido echar la vista atrás en el cambio que se ha producido en las tecnologías aplicadas a la educación en todo este tiempo», explican los hermanos Pedrero, que legitiman su cariño por el centro, «pasamos 15 de esos 75 años en el colegio, así que ha sido un golpe de emociones muy grande reencontrarnos con los espacios, las personas, los profesores y las imágenes que solo teníamos en el recuerdo», comentan emocionados.

Una sensación similar a la de María Jesús Quevedo y María José Cirac que aseguran, «hemos sido muy felices en este colegio, sino nunca hubiéramos traído aquí a nuestros hijos», confiesan las ahora madres de los alumnos, que recuerdan con cariño «las notas, la convivencia con los profesores y las amigas, aunque también había momentos duros», aseguran.

La jornada se saldó con nuevos números en el móvil, que sustituyen a las direcciones postales que antaño utilizaban para saber de sus compañeras y amigos. Ya lo dice la canción, «echar la vista atrás es bueno a veces», y todos ellos pudieron comprobarlo.