El acuerdo es en teoría fácil, ya que una vez designado el cabeza de lista, Manuel Fuentes, todo consiste en encajar los nombres más adecuados para el futuro proyecto municipal socialista, sea en el gobierno de la ciudad o bien en la oposición. Pero en la práctica está resultando de lo más dificultoso aunar en la lista a los «hombres de Fuentes», con los preferidos por el aparato del partido y las distintas «familias» que lo forman.

Al cierre de esta edición no se tenían noticias de que el asunto estuviera desbloqueado, aunque la comisión ejecutiva local estaría forzando la máquina con el fin de poner el punto y final a este entuerto que, de no resolverse pronto, parece destinado a pasar factura al partido, al menos de cara a la opinión pública.