La juez decretó ayer el inmediato ingreso en prisión y sin fianza por un presunto intento de homicidio y otro de amenazas graves a un menor de uno de los dos jóvenes hermanos detenidos el martes, acusado de protagonizar un tiroteo en una discoteca situada a las afueras de la ciudad, donde la Policía Nacional halló unos seis casquillos de bala.

El otro arrestado quedó en libertad con cargos, como presunto autor de un sólo delito de amenazas graves al menor tras prestar declaración ante la magistrada del Juzgado de Guardia.

Los hermanos, de etnia gitana y vinculados a Las Llamas, permanecieron toda la mañana de ayer en las dependencias judiciales para ser interrogados por la magistrada, ante la que negaron tener nada que ver con el tiroteo ocurrido la madrugada del domingo en la discoteca, según indicó su abogado, Luis Felipe Gómez, al término de las comparecencias.

Las versiones de los imputados coinciden en que «cuando llegaron al local ya habían tenido lugar los disparos y el menor -de origen latinoamericano- dice que todo es mentira», agrega el letrado, quien considera que no existen pruebas que sitúen a los dos jóvenes en el lugar, ni que acrediten que presenciaran el incidente que provocó momentos de pánico en el local.

A preguntas de la juez concretaron que «no estaban juntos», apuntó Gómez Ferrero, y que al llegar al local, en la misma puerta, «la gente comentaba que alguien había disparado» fuera del establecimiento hostelero. Ambos manifestaron en su declaración que «al ver que el ambiente no era bueno, se fueron» de la zona y que lo hicieron sin entrar en el interior de la discoteca.

Una llamada telefónica alertó a la Policía Nacional del altercado que se estaba produciendo en el interior del mismo, según las primeras informaciones. Cuando los agentes acudieron al lugar de los hechos, los dos hermanos ya no estaban, si bien les interceptaron a lo largo de la noche, aunque no les detuvieron hasta el martes, dos días después de que tuviera lugar el suceso.