Se enfrenta a nueve meses de prisión por la pedrada lanzada contra quien, asegura, «acosaba a mi mujer, «ven conmigo», le decía una y otra vez». Y al no conseguirlo, la amenazó: «Te vas a enterar mecagüen tu puta madre. Fue a un monte, cogió un preservativo lo llenó de esperma y lo tiró al interior de nuestra finca, por la noche» para no ser visto.

El marido halló el profiláctico al día siguiente, 18 de febrero de 2008, «cuando recogía piedras en la finca», al comentárselo a su mujer, ella lo tuvo claro: «Me dijo «éste lo que quiere es enfrentarnos»». Pero el supuesto provocador se encontró con un hombre ofendido, que «como buen esposo fui a pedir explicaciones de porqué no dejaba en paz a mi mujer». Por toda respuesta obtuvo un intento de agresión, «se me echó encima, le empujé», dijo ayer en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal. Y tuvo que salir, como vulgarmente se dice, por patas. Según su versión, su oponente «cogió una horca y me persiguió».

Para tratar de zafarse de él, «tiré piedras», admitió tras ser preguntado en reiteradas ocasiones, aunque en defensa propia vino a decir. Lo cierto es que hirió en la pierna derecha al supuesto acosador de su esposa -delito del que ya fue absuelto en su día, ya que «no encuentran el preservativo», según se dejó constancia en el juicio de ayer-.

El herido, que entonces contaba 64 años de edad y que estuvo durante 83 días impedido para realizar su trabajo tras tener que pasar por quirófano, negó tales imputaciones y realizó un relato distinto de los hechos, si bien la Fiscalía le acusa de haber agredido al marido ofendido y pide que se le imponga una multa por una falta de lesiones. «Yo salí de la nave y este señor me estaba vigilando desde hacía más de una hora», contó, «se me cruzó en un desvío cuando iba con el tractor y si me dijo algo no le oi. Se puso a tirarme piedras, incluso la navaja, y salí caminando hacia la carretera, pero no detrás de él» y menos con la horca, aseguró. Las pedradas le dieron, según su versión, en el cuello, en la espalda y en la pierna: «No se aproximó a pedirme explicaciones, se dirigió a matarme; yo no le he tocado. Me dijo que tenía que pegarme dos tiros». Indicó que su agresor llamó por teléfono a la esposa, al hermano y al cuñado, que se acercaron al lugar y le comenzaron a increpar.

El marido de la mujer le dijo «que me tenía que matar y su hermano cogiéndole por detrás» para evitar que se fuera a él. En ese momento sitúa la horca, que estaba empleando para cargar el remolque y que niega haber utilizado en ningún momento contra su oponente, «yo no quería compromisos, sino librarme de él», añadió mientras aseguró que si salió detrás del otro acusado fue «para pedir auxilio», que llamaran al alcalde, nunca para agredirle con la horca. «No hubo forcejeo», dice.

La versión de los testigos no pudo escucharse ayer, a expensas de que los forenses emitan un nuevo informe sobre el tipo de lesión que este hombre sufrió en la pierna derecha a causa del impacto de la piedra, documento del que dependerá que se mantenga o rebaje la petición de pena de cárcel al otro imputado.