El joven que adelantó 12.000 euros para adquirir un piso en el barrio de Pinilla promovido por Via Tertia, y presentó una denuncia contra esta empresa por estafa y fue archivada. Ahota se pregunta por qué el juez no exigió a la sociedad vallisoletana que presentara el documento en el que aparece su firma para asociarse a Covical 2000 (cooperativa que tendría que haber construido las viviendas), «no existe», reitera en presencia de su abogado, Luis Felipe Gómez Ferrero, quien trata de que se reabra el caso y el juzgado vuelva a estudiar nuevos datos. El frustrado propietario, que ha perdido «tres años de ahorros, de ilusiones», se siente desencantado por una «justicia que en lugar de velar por el indefenso, lo hace por una empresa que engaña». Respecto de Covical, agrega que «no sabemos quiénes son los directivos, ni me dieron nada, no tengo estatutos. Cada vez que pedía documentación me decían que estaba en proceso, que el contrato estaba en el departamento jurídico, excusas». Su abogado apostilla que «aparece un CIF y una dirección en Valladolid, constituida en 2008, un año después de que mi cliente hiciera el primer pago».