Ingeniero de Caminos. Director de Construcción y Energía de la fundación Structuralia

C. G.

Frente a la corriente oficial política y científica que ha puesto al cambio climático como uno de los mayores problemas mundiales, se alzan voces que relativizan las posibles consecuencias negativas derivadas del aumento de las temperaturas, un fenómeno, como el del enfriamiento, que constantemente se está dando en el planeta. Una de ellas es la de Andrés Serrano, que ha trabajado con modelos matemáticos de transmisión del calor.

-¿Es realmente un problema el cambio climático?

-Es uno de los problemas a los que estamos dando prioridad a nivel mundial, y en el que estamos gastando 150.000 millones al año, por lo que es importante plantearse si realmente es algo tan gordo.

-¿Es un fenónemo nuevo?

-Cuando analizas la historia geológica de la tierra, resulta que el cambio climático es constante. Desde hace un millón de años ha habido cuatro glaciaciones y la última acabó hace 22.000 años, que fue cuando empieza a subir la temperatura. Entonces había diez grados menos de media en la tierra y había glaciares de tres mil metros de grosor en Londres o Nueva York, como muestran las rocas de Central Park. Se produjeron cambios mucho más abruptos en aquella época que ahora, y el nivel del mar podía variar doce milímetros al año, mientras hoy lo está haciendo entre 2 y 3 milímetros. Obviamente en esos cambios no influyó el hombre, que estaba en la Edad de Piedra, pintando las cuevas de Altamira.

-¿Y en épocas más recientes?

-Si analizamos épocas históricas, pongamos los últimos dos mil años se puede ver que por ejemplo en la época de los vikingos, hacia el año 750, llegan a Groenlandia, y la llaman precisamente «green land», o sea, «tierra verde», porque entonces no estaba helada. En Islandia los propios vikingos plantaban cereales, cosa que hoy es imposible. Y en el norte de Inglaterra y Noruega plantaron la vid, hacían vino, lo cual es sorprendente. Se produce un óptimo climático en la Edad Media, desde el año 750 al 1150 aproximadamente, lo que provoca un gran desarrollo económico en toda Europa. Después empiezan a bajar las temperaturas y vuelve lo que llamamos la pequeña edad del hielo, entre 1350 y 1700. El último obispo de Islandia muere en 1376 y no vuelve a haber más porque era imposible vivir allí, en «ice land», la «tierra del hielo».

-Sin embargo, el actual incremento de temperaturas es mucho más actual.

-En el último siglo ha habido un calentamiento, pero ligerísimo en relación a los cambios anteriores. Hasta 1940 sube la temperatura y a partir de ahí empieza a enfriarse, hasta 1970. De hecho en los años 70 empieza a haber publicaciones en todos los periódicos del mundo que dicen que vamos hacia la glaciación. Desde 1980 cambia la tendencia y la temperatura empieza a subir.

-¿Por qué se producen estos cambios?

-Nadie lo sabe. Si nos fijamos en los últimos años, vemos que en 1998 hubo un pico, que se produce por el fenómeno del «Niño», debido a las corrientes oceánicas del Pacífico y ahora en 2010 se está produciendo otro fenómeno más o menos abrupto que se debe a la misma causa. Estas corrientes, además de llevar calor de un sitio a otro, lo que no debería cambiar la temperatura global, lo que producen es menos nubes, que resultan ser uno de los factores fundamentales en el cambio de temperatura global en el corto plazo, el que ahora está preocupando a nivel mundial. No dominamos la climatología ni la meteorología porque no conocemos el fenómeno caótico de las nubes y el vapor de agua. Este es el que produce el calentamiento global y el 95% del efecto invernadero y si no fuera por él estaríamos a menos 15 grados de temperatura global, cuando estamos a más 15. El aumento de la temperatura global a largo plazo se produce por fenómenos astronómicos, por movimientos orbitales y otros factores, los ciclos de Milanchovitch.

-¿Niega la influencia del CO2 en todo este proceso?

-En los medios de comunicación parece como que hubiera un consenso científico sobre que ha habido calentamiento global y es por culpa del hombre. Efectivamente el hombre produce CO2 y la concentración del gas está aumentando mucho, de 280 a 380 partes por millón en cien años, desde la época preindustrial. Pero la concentración de CO2 no tiene nada que ver con el cambio climático, porque lo importante en el efecto invernadero es el vapor de agua y especialmente las nubes. El hombre poco puede hacer sobre el calentamiento o enfriamiento global, y de hecho éste último sería más preocupante.

-Sin embargo, sí hay científicos que alertan del aumento del nivel del mar.

-Según la corriente oficial del IPCC -panel intergubernamental para el cambio climático- va a haber un aumento medio del nivel del mar de entre 18 y 59 centímetros en los próximos cien años. Yo no lo creo, pero imaginemos que sucede. Pues bien, no sería nada preocupante. En Galicia, donde yo veraneo, se producen cambios del nivel del mar de más de tres metros en menos de seis horas, por la marea, y a nadie le preocupa. En algunos foros se intenta decir que se van a inundar las ciudades. Pues bien, no se va a inundar ni una sola ciudad, porque es imposible que se inunde ninguna debido al cambio climático. Ni aunque el nivel del mar aumente lo que dicen.

Madrid, 1974

Ingeniero de Caminos, estudiante de cuarto curso de Historia, máster en gestión medioambiental y técnico especialista en gestión energética. Andrés Serrano ha sido consultor medioambiental el Arthur Andersen y ha trabajado en investigación en modelos matemáticos de transmisión del calor en el Instituto Eduardo Torroja. En 2001 entró en OHL como investmet manager y participó en la definición del modelo de negocio en la fundación Structuralia. Desde entonces trabaja en esta escuela de formación.

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