La indignación era ayer patente entre el profesorado de la Universidad Laboral por la absolución del conductor de autobús urbano que atropelló a un compañero cuando «cruzaba la calle en lo que siempre ha sido un paso de peatones», junto al centro, en la avenida de Carlos Pinilla, y que la sentencia no reconoce ahora como tal. Y, si no es un paso cebra, «¿por qué al día siguiente del accidente el Ayuntamiento vino y lo pintó, ya que estaba desgastado?», se preguntan atónitos los docentes ante la conclusión del Juzgado, máxime cuando «por ahí pasan todos los días los alumnos para acceder a las instalaciones deportivas de la Universidad», con el peligro que ahora conlleva tras esta sentencia. El malestar que ha suscitado el fallo es tal que se han planteado incluso «protagonizar alguna movilización en señal de protesta». En la calle se pueden observar «señales verticales que indican la existencia del paso», permanecen las marcas de las líneas blancas y las aceras están rebajadas. El profesor arrollado sufrió la rotura de tres costillas.