La revisión de los valores catastrales que se está llevando a cabo en la capital lleva consigo un profundo estudio sobre la realidad inmobiliaria de Zamora. Uno de los primeros datos que llama la atención es el crecimiento importante de la urbe en el último lustro, ya que si en 2006 se contabilizaban 58.837 inmuebles, en 2010 la cifra llegaba ya a los 66.714. Es decir, un incremento de 7.877 inmuebles, equivalente a un crecimiento de la ciudad de un 13 por ciento en un periodo de tan solo cinco años. Los «saltos» han supuesto pasar de los 58.837 inmuebles de 2006 a los 61.037 del año siguiente. En 2008 había ya 62.492, en la siguiente anualidad 65.324 y este mismo año, 2010, se quedaron en 66.714.

El propio informe constataba el crecimiento de la ciudad durante el periodo de trece años durante el cual los valores catastrales han estado sin modificar, una realidad que, evidentemente, tenía que regularizarse en algún momento.

La mayor parte de los inmuebles registrados en el Catastro tienen un uso residencial, es decir, son pisos o casas, y suman 37.804. El segundo grupo corresponde a locales no comerciales y garajes, casi veinte mil en la capital. En los locales para uso comercial e industrial las cifras resultan un tanto llamativas. Por ejemplo, existen 1.876 inmuebles catalogados como local comercial, frente a 5.074 que están como industriales. Sin embargo, sólo hay 55 catalogados como de ocio y hostelería.

Más de un millar de inmuebles urbanos están sin edificar, un dato también a tener en cuenta a la hora de planificar el crecimiento futuro de la ciudad, y tratar de tapar los «huecos» en el actual casco urbano.

El resto de dotaciones representan unas cifras mucho más bajas, aunque también es llamativo que el número de inmuebles sanitarios y benéficos, 52, supere al de iglesias, 44. Hay que tener en cuenta que el principal efecto impositivo de las valoraciones catastrales son su influencia sobre el impuesto de bienes inmuebles, del que están exentos muchos de los grandes edificios de la ciudad, destinados a usos educativos, sociales o religiosos. El IBI, por ejemplo, de la Ciudad Deportiva sería muy alto, pero esa instalación no lo paga.

El análisis catastral afecta también al mercado inmobiliario, con el fin de conocer la realidad del mismo y poder establecer, en consecuencia, aunque sea aproximadamente el valor real que tienen los elementos urbanos. En el caso de los pisos se han analizado 110 transacciones en la parte centro de la ciudad, con un precio de 1.212 euros por metro cuadrado. En el polígono 2, una zona más periférica se analizaron 622 transacciones con un precio medio de 1.156 euros metro cuadrado, mientras que en el polígono 3 se estudiaron 40 operaciones valoradas de media en 960 euros por metro cuadrado. Los precios de las viviendas son objeto de continuos análisis tanto por parte de organismos oficiales como de portales inmobiliarios y empresas de tasación, por lo que las fluctuaciones de los mismos, y los precios según las zonas son más o menos conocidos por todos.

Más novedoso es el análisis que incluye la ponencia de valores del Catastro sobre los valores de mercado de otro tipo de inmuebles. Por ejemplo, un garaje o un local no comercial se vende de promedio a 528 euros por metro cuadrado, aunque hay grandes diferencias entre los más baratos, de apenas 300 euros y los más caros, de 4.311, es decir casi quince veces más.

Un local comercial se vende de promedio a razón de 2.143 euros el metro cuadrado, si bien los hay mucho más baratos, hasta veinte veces, y también mucho más caros, ya que el precio máximo encontrado es de 7.659 euros.

Las cotizaciones medias de los almacenes están en los 538 euros el metro cuadrado, mientras las de las instalaciones industriales saltan a los 1.121.