Un vecino de la plaza Gurrieta, en el barrio de Carrascal, acaba de ser absuelto por falta de pruebas de un delito de injurias contra el jefe de Jardines del Ayuntamiento de Zamora, quien le denunció por considerarle responsable de la colocación en su casa de recortes del periódico para desprestigiarle. En esas noticias del rotativo se informaba de las penas de prisión que podrían imponerle al funcionario tras ser acusado de cohecho, prevaricación, tráfico de influencias y revelación de información, entre otros delitos. Una denuncia precisamente interpuesta por el vecino de Carrascal, con el que el funcionario mantiene un cruce de acusaciones y pleitos. En este caso la magistrada considera en su sentencia que el jefe de Jardines, A. V. V., no ha podido demostrar las imputaciones que recaían hacia el ciudadano con los testigos personados en el juicio, celebrado el seis de septiembre. Y es que, tanto el vigilante de la urbanización en la que reside como el policía nacional que comparecieron, negaron haber visto al habitante de Carrascal merodear por la zona residencial o alrededor de su chalé, de modo que el fallo ha sido absolutorio.

Las diferencias entre ambos surgieron cuando el Ayuntamiento inició la remodelación de la plaza de Gurrieta, donde vive el vecino de Carrascal, quien afirma que A.V. V. emprendió una campaña de «acoso y derribo» contra él y su esposa porque se negaron a «utilizar los servicios de las empresas que les indicaba» para solventar los problemas que surgieran como consecuencia de las obras que se iban a acometer. En esa denuncia afirman que, cuando les visitó, no les advirtió de que era funcionario municipal y que, a partir de su negativa a contratar a esas empresas, les sometió a un trato amenazante y coactivo, haciéndonos la vida imposible», como impidiéndoles acceder a su casa.