Muchos de los usuarios de la autovía A-66 prefieren dar un rodeo desde Salamanca hasta Tordesillas para enlazar de nuevo en Benavente -o viceversa si viajan en dirección contraria- para evitar el único tramo de la nacional 630 que está sin desdoblar, el que une Zamora con la ciudad de los Condes-Duques. Así lo asegura el presidente de la principal patronal del transporte de mercancías por carretera, Asetramdiza, Julio Martín Gago, un usuario habitual de esta vía. La intensidad de tráfico de esta ruta asciente a 6.878 vehículos al día, según los últimos datos que ha podido recabar este diario, 5.742 de los cuales son turismos y el resto, 1.129, camiones y autobuses. «Circular con un camión por el tramo entre Zamora y Benavente es realmente peligroso», explica Martín, quien califica de «vergüenza» el hecho de que sea éste el único tramo de la «Ruta de la Plata» que permanece sin desdoblar.

Asetramdiza es una de las entidades que se ha sumado en las últimas horas a la convocatoria de la marcha promovida por los alcaldes cuyos términos municipales atraviesa la carretera, junto, entre otros, la Organización de Profesionales y Autónomos, la Federación de Vecinos o la Asociación de Jóvenes Emprendedores.

La reivindicación se justifica por el retraso que sufre la ejecución del tramo de autovía, cuyas obras no han salido siquiera a licitación, mientras el resto de la A-66, desde Gijón a Sevilla, está en servicio. En tiempos de recortes del gasto los alcaldes han decidido convocar la movilización institucional con una marcha, mañana, a pie que saldrá a las ocho y media de la mañana simultáneamente desde Barcial del Barco y Montamarta, para encontrarse a medio camino. El objetivo fundamental: evitar que el proyecto se demore todavía más y que tenga que esperar su turno entre la larga lista de actuaciones retrasadas por culpa del ajuste de Fomento. Desde el Ministerio no comparten el trasfondo de la movilización, pero tampoco se entiende muy bien la oportunidad de la misma, sobre todo cuando el ministro José Blanco mencionó expresamente el tramo Zamora-Benavente como uno de los prioritarios para ejecutar y ofreció la fecha de antes de final de año para licitar las obras, en sede parlamentaria.

Razones objetivas aparte, las ejecución de las infraestructuras es una de los principales armas arrojadizas entre PP y PSOE que prácticamente calcan los argumentos cuando están sucesivamente en el Gobierno o la oposición. Los opositores explican que ellos lo dejaron todo prácticamente hecho y han sido los rivales los que han marginado a la provincia cuando han llegado al poder, mientras los pro-gubernamentales dicen lo contrario, que no había nada hecho y que los necesarios trámites, unidos a las dificultades presupuestarias objetivas del país son los culpables de tanto retraso. Eso sí, la Zamora- Benavente ha aparecido dibujada en todos los planes habidos y por haber: Planes estratégicos de infraestructuras, planes Viaria o planes del Oeste, por citar algunos. Pero una cosa es predicar y otra dar trigo, sobre todo cuando se trata de infraestructuras tan costosas.

El recurso a las hemerotecas, exhibido con profusión el pasado miércoles por la portavoz popular, Clara San Damián señala que, efectivamente, dirigentes socialistas situados en cualquier lugar el escalafón, de Zapatero para abajo, han prometido la autovía en unos plazos que nunca se han cumplido. Pero la misma hemeroteca saca ejemplos similares de los políticos populares cuando ocupaban el Gobierno de la nación. Si el PSOE no hizo nada, o muy poco, con el Gobierno de Felipe González -se decantó, por ejemplo, por la autovía Rías Bajas, en Sanabria-, la era Aznar tampoco avanzó demasiado, y priorizó la Benavente-León y la A-11 entre Zamora y Tordesillas. El nuevo Gobierno de Zapatero impulsó el tramo Zamora-Salamanca, pero, inexplicablemente, dejó para más tarde el Zamora-Benavente. Quizá para demasiado tarde.

Para muestra un botón. En diciembre de 1993, con Gobierno socialista pero de Felipe González, el entonces director general de Infraestructuras del Ministerio -Moptma- presentaba en el Gobierno Civil el tramo de la autovía entre Zamora y Salamanca y anunciaba que «en breve» estaría el estudio informativo del tramo Zamora-Benavente. En el 96 el popular José María Aznar sale elegido presidente. En el año 2000 se hablaba de que estaban redactados los estudios informativos, pero se daba prioridad al tramo Benavente-León. El ministro Cascos agilizó ese tramo, y los populares priorizaron asimismo el de Zamora-Tordesillas en la A-11, pero no el Zamora-Benavente.

1993

El director general de Infraestructuras del Ministerio (Moptma), Emilio Pérez Touriño presenta en el Gobierno Civil el tramo de autovía entre Zamora y Salamanca -entró en servicio en 2009- y anuncia para «breves fechas» el estudio informativo del tramo Zamora-Benavente. El estudio informativo y de impacto ambiental se publican en el BOE en 2004 y se aprueban en 2007. Todavía en 2010 se evalúa favorable el impacto ambiental del último modificado.

2000

El secretario de Estado de Economía, José Folgado, pide calma por el poco presupuesto inversor para la provincia y fija prioridades: primero, la León-Benavente, luego la N-122 y por último la N-630. En el año 2004, poco antes del relevo gubernamental, el secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco, colocaba la primera piedra de la circunvalación Zamora-Norte Río Duero. Defendió la vigencia del plan Viaria que recogía la Zamora-Benavente.