Los zamoranos están ya más que acostumbrados a utilizar cada Semana Santa las «pipeleras» para depositar allí las cáscaras de sus pipas mientras esperan las procesiones. Pero es ahora cuando la empresa Facundo Blanco toma prestada la original idea del Ayuntamiento de la ciudad para lanzar este otoño una campaña en la que estas bolsas serán protagonistas.

«Queremos aprovechar todo lo bueno que hay en esta idea de Zamora para compatibilizar la felicidad que supone comer pipas con la protección del Medio Ambiente», explica el consejero delegado de la empresa palentina, Vicente Villagrá, quien alaba «la gran habilidad que tuvo en su día el Ayuntamiento de Zamora con esta idea».

Villagrá reconoce que extender esta tendencia de las «pipeleras» por el resto del país, a través de la venta de sus famosas pipas, «va a resultar algo caro», por lo que la empresa ha pensado en hacerlo de forma gradual. De momento, este otoño lanzarán estas bolsas de papel junto con los formatos más grandes de pipas. «Después, la idea es empezar a dar bolsas vacías en los puntos de venta, como quioscos o bares, donde se venden nuestros productos», adelantó el consejero de la firma. De momento, ya se han puesto en contacto con los fabricantes de las «pipeleras» para comenzar a preparar la estrategia de salida al mercado.

Esta nueva iniciativa de la empresa de pipas, frutos secos y aperitivos más conocida de España de cara a compatibilizar sus productos con el cuidado del Medio Ambiente se completará con otros dos proyectos para no ensuciar los espacios donde se comen pipas. Así, la empresa ha ideado unos vasos de pvc con bolsa de plástico incorporada «para poder comer pipas en el coche o en casa» y unas «mini papeleras» que se podrán poner en las mesas de los bares para que los clientes depositen allí las cáscaras. Pero serán las «pipeleras» las que primero puedan utilizar los consumidores.

Con esta iniciativa quedarán zanjadas aquellas lejanas desavenencias de hace tres años precisamente entre el Ayuntamiento de Palencia y la empresa Facundo, cuando el consistorio decidió prohibir que se arrojaran en la calle las cáscaras de pipas. Por entonces, ya el consejero delegado conocía la iniciativa de Zamora con las «pipeleras» y las ponía de cívico ejemplo.

Villagrá sólo tiene palabras de halago para la ciudad que le ha dado esta idea. «Zamora siempre es inspiración para nosotros», asegura, al tiempo que reconoce que los zamoranos «son un público totalmente fiel a las pipas Facundo, un mercado leal. Y como tal, hay que cuidarlo». Con la adopción de las «pipeleras», la empresa rinde así su particular homenaje a una ciudad que se vuelca cada Semana Santa con el consumo de sus productos.