La doctora Paloma Castillo participó ayer en las XLIII Jornadas de Teología, organizadas por la Universidad Pontificia de Salamanca, para hablar sobre la figura de Tomás Moro y su relación con la política, para ilustrar la mesa redonda sobre «Caminos personales de encuentro con Dios».

-¿Cómo una doctora experta en Medicina Legal y Criminología llega a apasionarse por la figura de Tomás Moro?

-Verdaderamente lo mío es pasión. Admiro mucho la figura de Tomás Moro, no sólo por su religiosidad y el aspecto santo de su vida, sino también por su gran valor, la gran dignidad con la que vivió y murió por sus ideas.

-Usted es un ejemplo de que ciencia y humanidad se pueden compaginar.

-Es que deben hacerlo. El médico que sólo sabe Medicina, ni Medicina sabe y esto se dijo toda la vida. Hay que recordar que los médicos eran personas ilustradas en otras épocas.

-¿Cómo conoció la obra de Tomás Moro?

-Vengo de la cultura inglesa y lo conocí desde niña. Aquí en España apenas se le conoce, no como ocurre en el mundo anglosajón. De hecho, sirva de ejemplo que se acaba de inaugurar a las afueras de Madrid la primera y única iglesia dedicada a Tomás Moro en España.

-Pero fuera de nuestras fronteras es una figura muy reconocida.

-En Estados Unidos, por ejemplo, todas las asociaciones de tipo jurídico, aunque sean agnósticas, tienen a Tomás Moro como una figura impecable. Y no sólo por el aspecto político de enfrentarse a Enrique VIII sino por el juez recto que fue toda la vida.

-Su gran interés por este pensador le ha llevado a ser miembro de la Asociación Internacional Amigos de Tomás Moro.

-La idea se gestó en la ciudad francesa de Angers, con un sacerdote que hablando con expertos se les ocurrió crear esta asociación. Con el tiempo, la Universidad de Yale contrató a un montón de expertos en literatura e historia de distintas universidades europeas y de Estados Unidos para hacer la traducción de la obra completa de Moro, ya que él escribía en latín, era la lengua universal entonces. Calcularon que traducir todos sus libros al inglés costaría quince años. Pero él era una gran humanista y tenía una obra ingente, así que este trabajo ha costado finalmente treinta años.

-¿Su obra está traducida al español?

-Ni lo está ni creo que se haga nunca. Lo que sí hay traducido a nuestro idioma son muchas de sus cartas, además de su famoso «Utopía», libro que sigue publicándose, entendiéndose y malinterpretándose.

-¿Qué quiere decir con malinterpretándose?

-Un claro ejemplo está en Lenin. Tras leer «Utopía», en un monumento que manda levantar a Marx y Engels, padres del comunismo, coloca a Tomás Moro, porque, según él, es el único comunista por su forma de ser. Interpreta a su estilo esta «Utopía». Ha sido una obra muy manipulada y sigue aún sin entenderse, aunque fue todo un «best seller» de la Europa de 1516.

-Usted también ha escrito libros sobre la figura de Moro.

-Uno es la utópica autobiografía, «Retorno a Utopía». Él nunca escribió su biografía, pero como todo está escrito sobre él y hay muchas investigaciones y documentos, yo pensé hacer algo con ese conocimiento y hacerle pensar en su vida en el momento que va a morir, cuando lleva más de un año encerrado en una torre por Enrique VIII. El otro libro está dentro de una colección sobre la vida espiritual de distintas figuras, con el título «El camino espiritual de Tomás Moro».

-¿Cómo se ha visto la figura de Moro a través de los siglos?

-Moro es una figura de ecumenismo, de unión entre la iglesia anglicana y la católica. Pero ha tardado años en tener esa importancia, porque su figura ha estado tiempo sin tocarse. El cambio llegó con la actitud del cardenal Newman, el primado de la iglesia de Inglaterra. Cuando se pasa al catolicismo, ya entrados en el siglo XIX, todo eso significó el resurgir del catolicismo. Ahí es cuando se le comienza a considerar a esta figura como ecuménica.

-¿Y por qué cree que se tardó tanto tiempo en nombrarlo santo, nada menos que cuatro siglos desde su muerte en 1535?

-Porque no interesaba. Otros mueren y les hacen santos rápidamente, quizá demasiado. Pero Moro era el traidor al rey y se echó mucha tierra sobre su persona. Cuando entra en Europa el nazismo y fascismo se da uno cuenta de lo que es el hombre libre de la conciencia frente al poder y entonces es cuando se le da importancia a Tomás Moro.

-En el año 2000, Juan Pablo II le nombró patrón de los políticos. ¿Qué podrían aprender los actuales gobernantes de Tomás Moro?

-Para empezar, ilustración, un poco de cultura y decencia.

-Será difícil por la complejidad del personaje pero, ¿con qué se quedaría usted, como experta, de la personalidad de Tomas Moro?

-Con su valor, la dignidad y la defensa de la libertad del individuo.

Madrid, 1937

Paloma Castillo Martínez ha compaginado una brillante carrera médica como especialista en Medicina Legal y Criminología con su afición por el estudio del Humanismo renacentista y, especialmente, de la figura de Tomás Moro. Es miembro de la Asociación Internacional Amici Thomae Mori, con sede en Angers (Francia), de la Association Thomas More inglesa y de la junta directiva del Thomas More Institute de la Universidad de Polonia, en Czestochowa. Esta pasión le ha llevado a escribir dos libros sobre la figura de Tomás Moro. El primero, «Retorno a Utopía», sobre una hipotética autobiografía del pensador y el segundo, «El camino espiritual de Tomás Moro».