Septiembre. Mes de vuelta al trabajo, reencuentro con los compañeros, retorno al colegio y? coleccionables en los quioscos. Durante este mes las distintas empresas que editan estas colecciones se lanzan al mercado en busca de nuevos clientes, mientras muchos quiosqueros no dan abasto ante el gran volumen de ejemplares que tienen que colocar. «Ahora muchos, dentro de un mes ya poca gente viene a comprarlos», afirma un vendedor de este tipo de ejemplares.

Todos los vendedores de estas colecciones insisten en lo mismo. «Vendemos el primer ejemplar y como mucho el segundo. El caso es que las editoriales incluyen en las colecciones cupones para mandar los fascículos a casa, por lo que nosotros nos quedamos sin este ingreso. Entre los que abandonan la colección y los que la siguen desde casa hacen que nunca vendamos el último fascículo», afirma un quiosquero de la ciudad.

Sobre el perfil mayoritario de la gente que compra estas colecciones en los quioscos de Zamora, los trabajadores de este sector parece que lo tienen bastante claro. Tomás Sánchez, uno de estos empleados, apunta que «los que más vienen a comprar son las personas jóvenes y las mujeres. Casi ningún hombre viene a interesarse porque las colecciones van enfocadas a otro público». Lo cierto es que la mayoría de temas van dedicados al tiempo libre, como por ejemplo las colecciones de punto de cruz que siempre salen a la venta. Otras son juegos, como el ajedrez de «Star Wars», y también hay algunas enfocadas a la lectura como la reciente colección de cómics del súper héroe «Batman».

Esto demuestra que la mayoría de los zamoranos abandona la colección antes de terminarla. La afirmación la corrobora la asociación de consumidores AVACU, ya que el 78% de las personas ha empezado alguna vez una colección, pero sólo el 65% afirma haberla completado. Entre los inconvenientes que los usuarios encuentran destaca que las colecciones tienen un elevado coste total y se prolongan demasiado. El hecho es que la mayoría de las colecciones sobrepasan los cincuenta fascículos, por lo que en el mejor de los casos, que es una entrega semanal, se tardaría casi un año en completar el «hobby».

Pero no siempre sonríe la suerte en este aspecto. Una gran parte de los fascículos salen a la venta cada quince días, y el tiempo que se tarda en completar la colección se duplica. Pocas se terminan en un tiempo inferior al año y medio.

Lo cierto es que, aunque los primeros fascículos se venden a un precio bastante bajo, el precio de los mismos va aumentando a medida que nos adentramos en la colección, por lo que muchos son los que desisten y abandonan. Además, los consumidores apuntan que las colecciones son a veces tan largas que pierden interés.

Jesús Moreno, un zamorano que compra un fascículo en una tienda de la capital, apunta que «cuando realmente te enteras de como es la colección es cuando compras el primer tomo y miras el librito que te suelen traer. Yo ahora me llevo el primero, pero luego veré las entregas que son y por cuanto me puede salir el tema. Tampoco te vas a gastar 600 euros en una colección, a no ser que te guste mucho».

El precio medio de las colecciones que se ofertan en los puestos de venta no suele bajar de los doscientos euros, pero la mayoría de las personas no se dan cuenta del gasto hasta que no compran tres o cuatro tomos. El quiosquero Tomás Sánchez opina que «en principio la mayoría creen que la van a terminar, pero cuando compran dos o tres semanas se dan cuenta de que puede ser un gasto excesivo para la recompensa. En la mayoría de las ocasiones es más económico comprarlo todo junto que hacerlo por fascículos».

Otro fenómeno se da cuando las editoriales se reservan el número de fascículos o la periodicidad de los mismos. Por todo esto se recomienda a los usuarios que averigüen el número de entregas, el intervalo de tiempo entre ellas y el coste total que supondrá la colección. Para esto se puede preguntar a los quiosqueros, llamar al teléfono de la editorial o visitar su página web. Desde todas las asociaciones de consumidores se insta a los compradores a que sigan estos sencillos pasos antes de embarcarse en un viaje sin final a la vista.

Sin embargo, el número de personas que han decidido embarcarse en esta aventura ha descendido con la crisis. Mucha gente era antes la que compraba los primeros tomos y luego abandonaba. Ahora solo empiezan los que tienen aspiraciones serias de terminar, aunque «la mayoría desisten y se dedican a otra cosa.

Una colección que siempre tiene éxito, por muchas veces que salga a la venta, es la de punto de cruz. «La gente ve el anuncio y se creen que van a hacer cuadros así en dos días. Los primeros hilos son muy baratos, pero si los compras en otras tiendas al final te sale más económico», apunta Sánchez.

Las colección más vendida en esta nueva etapa que acaba de comenzar es, según los quiosqueros consultados, la edición de figuras de ajedrez de «Star Wars». Muchos son los jóvenes que se acercan y ven una figura de «Darth Vader» a un precio más o menos asequible. Llama la atención y se la llevan. Pero el resto de figuritas del ajedrez suben sustancialmente de precio, según el quiosquero. Claro, Luke Skywalker es el bueno de la saga, y eso se paga.