El caso de la barbacoa que implica a la cúpula del Partido Socialista de Castilla y León en la organización y participación de una parrillada en la Sierra de la Culebra sigue removiendo los rescoldos. El delegado territorial de la Junta en Zamora, Alberto Castro, ha insistido en que existe una relación «muy clara» de los socialistas con la ya famosa barbacoa. «El expediente está ahora mismo en marcha y será la Junta la que considere si es presuntamente delito o no, y digo presuntamente porque los informes son bastante claros en este sentido», señaló Castro.

La intención de la Junta en Zamora es que desde el PSOE «reconozcan su error. Todo el mundo tiene que ser responsable con sus hechos, y más si es un partido político, y si se comete algún error, como nosotros podemos cometerlo por las múltiples competencias de las que nos hacemos cargo, por lo menos pedir perdón y no echar balones fuera como están haciendo», reclamó el delegado territorial. Según el responsable de la Junta en Zamora el expediente está iniciado porque todo el mundo tiene que cumplir con la ley.

A nosotros lo que nos llega es un fax del Ayuntamiento de Figueruela, que es el responsable de autorizar o no, pidiendo permiso sólo para un almuerzo del PSOE a nivel regional, y no más, no habla para nada ni de barbacoas, ni de incendios ni de fuegos», indica el delegado de la Junta.

Castro también aprovechó la oportunidad para negar en redondo las declaraciones que aseguraban que los habitantes de esa zona están acostumbrados a hacer barbacoas en ese entorno natural, «porque no es en absoluto verdad, en el municipio de Riomanzas, y en todos y cada uno de los anejos de Figueruela saben en sus propias carnes que son los incendios forestales que arrasan periódicamente los bosques y sabemos que la barbacoa que prendieron en la Sierra de la Culebra estaba a menos de cinco metros las copas de los árboles y cercana a un núcleo urbano», aseguró Alberto Castro.

«Desde luego que todo el mundo sabe de sobra que no se pueden utilizar ni prender barbacoas portátiles, ni tampoco hacer fuego en cualquiera de nuestros montes, porque para eso hay que pedir autorización. Hasta para lanzar los petardos que los invitados disparan en las bodas se requiere consentimiento específico, unos casos en los que a veces damos la correspondiente autorización, pero en otros muchos no por el peligro que entraña para el medio ambiente de la provincia», destacó el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Alberto Castro.