Alonso Santos, 55 años, de Fariza, lleva 15 años haciendo queso y seis como productor ecológico.

-Cuéntenos su proyecto.

-Tenemos unas tierras, una ganadería autóctona de churra, de ordeño y lechazos, y después una quesería artesanal. Todo ello en ecológico. Trabajamos cinco personas y estamos luchando para marcar nuestra diferencia.

-¿Por qué el enfoque ecológico?

-Primero hay que estar convencido de que eso es lo bueno para todos, el medio ambiente y las personas. Además, producíamos prácticamente ya en ecológico y sólo nos faltaban los papeles que lo acreditasen, que no es poco. El que te conozca confía en ti y te compra, pero para vender lejos no queda más remedio que poner sellos.

-El mensaje en la entrega de premios: no sólo es el medio ambiente, importan las personas.

-En el parque de Los Arribes se han hecho las cosas bastante bien, sobre todo en relación a cómo se han hecho en otros parques. La gente está bastante integrada y creo que es fundamental, porque en algo medio ambiental la gente tiene que verlo como algo suyo, y para eso hay que darle voz. No llegar ahí imponiendo. Si la gente ha podado el árbol de una manera toda la vida, no se puede llegar y decirles, no, eso no se puede porque lo hacéis mal. Hay que tener un respeto, una colaboración y hablando con todos. Yo en el caso del parque natural de Los Arribes tengo que reconocer que se han hecho bien las cosas y la gente está bastante integrada. Siempre puede haber gente descontenta, pero bueno.

-¿Qué falta?

-Faltan infraestructuras, sean carreteras o sea internet. Lo que no puedes es desarrollarte ya en un sitio si no tienes internet o no tienes una buena cobertura de telefonía. Es que eso es imprescindible. Yo siempre digo que la política no es que arregle todo, pero sí puede ayudar a arreglar. Lo mismo que en su día desde la política todo el mundo se fue a Bilbao o Barcelona, yo no digo que vayan a volver, pero si nosotros le damos atractivos a la vida rural sí se podría recuperar. No sé si poco o mucho, pero se podían recuperar las zonas. Y de hecho se demuestra que con unas buenas carreteras y nuevas tecnologías la calidad de vida en un pueblo me atrevo decir que es incluso mejor que en una capital. Pero ahora la verdad es que estas condiciones no se dan.