Cientos de zamoranos acompañaron ayer a la Virgen de la Concha desde el Ayuntamiento hasta la Catedral donde tuvo lugar la tradicional ofrenda floral y de productos de la tierra a la patrona de la urbe.

Los primeros en concentrarse en la Plaza Mayor, el punto de salida, fueron los integrantes de la Asociación Cultural Tradición y Música Popular que antes de las 11.00 horas aguardaban la llegada de la imagen mariana con la Negra, el Turco, el Abuelo, el Ramón y las gigantillas situadas a las puertas del consistorio. Con el himno nacional, que anunció la entrada en la sede municipal de la Concha, comenzó la imposición de la medalla y la entrega del título de honor de la Cofradía de la Concha a la Asociación Cultural Tradición y Música Popular, Tradimupo. El acto estuvo marcado por una ausencia, la del presidente de la hermandad, Conrado Eguaras, que no pudo asistir «por motivos de salud». La alcaldesa, Rosa Valdeón, le dedicó unas palabras. «Le deseamos que sepa, ya que ha anunciado que deja su cargo, que nos ha hecho sentir a todos un poco cofrades de la Virgen de la Concha» y agregó: «sabemos que son unos momentos muy emotivos para él y que le gustaría estar ahora con nosotros».

Florián Ferrero, que ayer de manera accidental tuvo que ostentar la presidencia de la Cofradía, se limitó, como indicó al inicio de su intervención, «a leer el discurso preparado» por Eguaras. El historiador recordó que el colectivo agasajado ha divulgado el folclore de Zamora por toda la geografía nacional y portuguesa durante los casi 20 años de vida. Aludió a la «unión especial» existente entre la Cofradía y la asociación que «ha acompañado a la Concha en las salidas fuera de la ciudad».

Un sentido abrazo entre Florián Ferrero y el presidente del colectivo, Fabio Morchón, acompañado de la melodía de la Concha, selló la entrega de los reconocimientos. El portavoz de Tradimupo, ataviado con un blusón carbajalino, destacó que «el nombramiento es el más alto honor que la Asociación ha recibido hasta ahora». «Este título, que a todos los llena de felicidad y orgullo, nos obliga a renovar y fortalecer el compromiso con la Cofradía, con la Virgen de la Concha, con la ciudad de Zamora así como con la mejora y la difusión de nuestro folclore», enfatizó Morchón.

Como hermanos de la Concha, ya de honor, los integrantes de Tradición y Música Popular comenzaron a caminar hacia la Seo. Tras las dulzainas y el tamboril bailaban alegres los gigantes y gigantillas. A ellos les seguían los mayordomos y la Virgen acompañada por cargos de la Concha, autoridades políticas, militares y eclesiales así como por representantes de la Junta Pro Semana Santa y de las hermandades de Pasión y Gloria.

La comitiva la cerraban los grupos de mujeres y colectivos que querían presentar sus respetos a la patrona de Zamora como los integrantes Capitonis Durii o las águedas de San José Obrero, San Frontis o San Lorenzo o bien féminas procedentes de numerosos poblaciones del alfoz de la capital, como La Hiniesta, que portaban desde ramos de flores hasta cestas con quesos y otros productos de la tierra.