Las fiestas del barrio zamorano de Olivares comenzaron ayer por la tarde con una merienda en el parque. Entre los comensales estaba el presidente de la asociación desde hace un año y seis meses. Christoph Strieder. Este alemán lleva asentado en Zamora desde el año 2001 asegura que para estar al frente de este grupo vecinal «hay que tener ganas y entusiasmo».

-¿Cuál es la característica más significativa del programa de este año?

-La variedad. Tenemos actividades para todos los gustos como el concierto de punk rock, una obra de teatro, el concurso de pesca, el recital de flamenco las pruebas para niños o las comidas de convivencia.

-Como novedad también tienen un mercadillo de truque.

-Sí, se trata de una actividad que no se ha hecho nunca y a la que están invitados todos los zamoranos que deseen acercarse al parque de Olivares.

-¿Qué pretenden con ella?

-Es para que la gente que tiene cosas en casa y no se decide a tirarlas pueda intercambiarlas por otras. Hoy en día nos juntamos con tantos objetos que luego no sabemos qué hacer con ellos. Esta fórmula permite reutilizar las cosas y evitar que aquello de los que nos cansamos vaya a la basura.

-¿De qué forma colabora el barrio con la ciudad?

-Apoyando a los grupos locales. «Growing up Bastards» son jóvenes músicos y la obra de teatro de «Hércules y el establo de Augias» será representado por la compañía «Contratiempo», también zamorana. Además, todos los vecinos de la ciudad están invitados a venir.

-¿La crisis ha reducido el presupuesto de este año?

-En absoluto. El número de socios es similar al 2009, pues estamos alrededor de los 150, mientras que el Ayuntamiento nos ha dado una cantidad similar. Lo único que intentamos es celebrar las fiestas en septiembre porque el patrón en honor al que se hacen es San Roque, que es el 16 de agosto, una fecha en la que apenas hay gente porque se han ido de vacaciones o están pasando el verano en el pueblo.

-¿Qué otras actividades realizan en el resto de estaciones?

-Intentamos potenciar las actividades culturales. La Asociación Zamorana de Astronomía se reúne una vez al mes y ha impartido una conferencia. También tuvimos una arqueóloga que, a través de una charla, nos explicó la fisionomía del barrio; ambas fueron muy interesantes.

-¿Y qué planes han quedado pendientes?

-La verdad es que hemos conseguido muy pocas cosas. Planteamos al Ayuntamiento un proyecto de huertos urbanos que no ha salido adelante porque hay dificultades con las propiedades de los terrenos. Tenemos la alternativa de otro tipo de huertos que se pueden desarrollar en contenedores, en vez de plantar en la tierra. Hemos solicitado un solar que está en ruinas al Obispado y tampoco hemos obtenido respuesta.

-Como problemas recientes también han tenido altercados con el agua.

-Cuando llueve mucho las aguas fecales se desvían de las tuberías y van a dar al arroyo; esta es una de las mayores preocupaciones de los vecinos, porque la raíz del dilema es un fallo estructural que se debería solucionar rápidamente.

-¿Cuál es la principal inquietud de la asociación?

-La despoblación que hay en esta zona. Entre un 40% y un 50% de las construcciones, tanto nuevas como viejas, están vacías. Esto influye negativamente en el barrio y es una preocupación que está presente entre los vecinos, porque afecta a los comercios y al nivel de vida.