El Ministerio de Medio Ambiente ha dado el visto bueno al modificado del proyecto del tren de Alta Velocidad de la línea Madrid-Galicia en el tramo entre Requejo y Padornelo y que permitirá que se ejecute una segunda vía, tal y como proponía el cambio en la previsión para el trazado. Para llevar a cabo el cambio, el Ministerio ha puesto como condición la elaboración de un informe sobre el ruido que generarán en la zona tanto los trabajos de construcción como la propia utilización de las futuras vías férreas.

De esta forma, el Gobierno da luz verde al proyecto definitivo para la implantación del AVE en la zona, incluida la mofificación en el citado tramo. Así lo avala el MARM mediante un informe favorable, en el que reconoce que el medio ambiente los recursos naturales en este área quedarán adecuadamente protegidos siempre que se autorice la alternativa seleccionada.

Así, la alteración se refiere al trazado comprendido entre Pedralba de la Pradería y el túnel de Padornelo y la conexión de su salida con el trazado proyectado en el tramo Lubián-Orense. Aquí se construirá una segunda vía a través de una plataforma independiente que discurre por los términos municipales tanto de Lubián como de Requejo. Para poder llevar a cabo el proyecto, será necesario «cumplir todas y cada una de las medidas preventivas y correctoras establecidas», advierte el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.

El estudio obligado por el Ministerio consistirá en calcular la sensibilidad de los edificios frente al ruido y las vibraciones, tanto en los trabajos de excavación necesarios para ejecutar la vía, como en la posterior circulación de los trenes, una vez que la infraestructura comience a funcionar. Este estudio considerará la influencia conjunta de las principales infraestructuras urbanas de la zona, para comprobar el incremento de ruidos y vibraciones. De superarse los niveles permitidos por la legislación, los responsables del trazado del AVE deberían poner remedio para reconducir la situación mediante las soluciones oportunas.

Por otro lado, en el caso de los sistemas fluviales, los responsables técnicos intentarán evitar rectificar los cauces mediante su concentración en una sola obra de drenaje. En cuanto a los viaductos, los estribos estarán situados al menos a cinco metros de la vegetación de ribera para respetar la zona de servidumbre.