El concierto de Mikel Erentxun que se celebró en la calle de Balborraz fue un éxito rotundo: en la cuesta no cabía un alma, llenó hasta el límite con la Plaza Mayor. Durante una hora y media el público disfrutó de la música del artista donostiarra, con un repertorio que iba desde sus tiempos en Duncan Dhu a su etapa en solitario.