El fotógrafo Francisco Santos López Delgado exhibe en «Pictografía» una colección compuesta por una veintena de fotografías efectuadas, desde el año 1996 hasta hoy, con la técnica de la goma bicromatada, un proceso de positivado pigmentario surgido en el siglo XIX, en la sala de exposiciones de Caja Duero hasta el próximo día 1 de agosto.

-¿Qué le hace apostar por un método fotográfico utilizado a finales del siglo XIX y principios del XX?

-Me gusta mucho la pintura. Se trata de un método de fotografía que se asemeja a una técnica pictórica. Requiere de una media de 32 a 40 horas de trabajo por instantánea. Estas imágenes llegan a tener hasta un total de 14 capas y cada una de ellas supone una exposición que debe de secarse correctamente para al día siguiente volver a situar otra encima.

-¿Cómo logra estas fotografías?

-Parto de una imagen en blanco y negro y luego empleo un negativo a tamaño de la instantánea. A continuación, uso goma arábiga que mezclo con bicromato potásico que se expone al sol y el soporte, el papel de algodón, lleva una capa de gelatina de pescado para poder hacer distintas capas. Cada nivel se logra por contacto. Expongo el negativo al sol o bien a lámparas ultravioleta en el estudio. La mayor dificultad reside en que el soporte no se mueva cada vez que lo metes en la bandeja de revelado. Debe de estar igual que en la anterior capa porque tienes que poner el negativo encima de la fotografía.

-Es una técnica muy laboriosa, ¿por qué la utiliza?

-Me gusta porque las sucesivas capas te permiten ganar en profundidad en las sombras y variedad de tonos. Es mucho más creativa que la fotografía tradicional, disfrutas más porque ves crecer la fotografía y me gusta también porque logras un relieve. Cuando estás revelando en la bandeja puedes hacer retoques con el pincel, levantando pigmento donde te interese. Es un método que exige mucha paciencia, sobre todo, con la última capa porque si no la haces correctamente, puedes destruir todo el trabajo que ha hecho con la fotografía. Cada una de estas instantáneas es única, es un grabado.

-¿Está en auge este método de trabajo?

-Sí, en Madrid somos cinco fotógrafos los que nos dedicamos a ella. Yo aprendí de Rodrigo Mosquera, de la época de la movida madrileña. En Nueva York es una técnica que gusta mucho, incluso hay una asociación de fotógrafos que la practican. Un cliente me pidió que plasmara una imagen en unos tambores de piel y que se los enviara a Estados Unidos. Ahora la gente reclama la fotografía hecha utilizando técnicas como la goma bicromatada. El público está empezado a huir de tanto retoque fotográfico. Quien conoce la complejidad de este proceso lo aprecia realmente.

-¿Tiene problemas para encontrar los materiales que precisa para efectuar el revelado?

-Hasta el año pasado sí. De hecho al estar de moda la técnica se han vuelto comercializar relevadores e incluso algunas películas.

-¿Reivindica el equipo analógico con estas imágenes?

-No, hay que crear fotografías con las nuevas tecnologías. Creo que con lo digital no hay que intentar hacer lo que se hacía con lo analógico. No obstante, he hecho fotos con goma bicromatada utilizando digital. Queda igual haciendo un buen negativo, pero no tiene la calidad de la película. Personalmente prefiero el sistema analógico.

-En «Pictografía» combina los paisajes urbanos con los rurales e incluye algunas fotografías de la capital y la provincia.

-Conozco Zamora desde hace 24 años. Me encanta la provincia porque tiene zonas muy distintas. Presento una procesión de Aliste, varias fotografías de la capital o del monasterio de Moreruela. Las he ido haciendo poco a poco con la esperanza de poder mostrarlas algún día en Zamora. Antes se usaba la goma bicromatada para desnudos y paisajes, pero lo que he intentando yo es demostrar que con esta técnica se puede realizar todo tipo de fotografías desde bodegones hasta paisajes.

-¿En qué está trabajando en estos momentos?

-Estoy preparando pasar la goma bicromatada a lienzo en vez de papel y también emplear la técnica a piedras. Es una técnica que puede utilizar en cualquier superficie.

Madrid, 1965

Se decida a la imagen desde hace 20 años. Llegó al mundo de la fotografía a raíz de un taller que realizó en su barrio, Villaverde bajo, para aprender a revelar. Posteriormente pasó a una escuela de Vallecas donde tuvo de maestro a Rodrigo Mosquera. Se ha formado también leyendo a muchos fotógrafos y en la actualidad forma parte del estudio «Grupo F 67» integrado por nueve profesionales. Cuenta con cerca de 200 fotografías en goma bicromatada, en alguna de las cuales «no ha sacado relieve, algo novedoso gracias a técnicas que uno va aprendiendo», testimonia. Reconoce que hay varias imágenes de las que nunca se desprenderá por «el cariño que le coges cuando las estás creando». En 1999 y en 2000 fue finalista del concurso «Caminos de hierro» de la Fundación de Ferrocarriles Españoles. Tras un parón de 4 años por motivos familiares ahora retoma con ilusión su actividad creadora.