Cristina González Temprano abrió ayer las decimoséptimas jornadas de cuentos «Zamora cuenta» organizada de la Biblioteca Pública Municipal de Zamora. Tras la zamorana pasará por la Alhóndiga hoy a partir del mediodía «Achiperre».

-El contar un cuento es todo un arte, pero ¿cómo llegó a él?

-Me aficioné a la palabra a raíz de trabajar en la radiofórmula en Zamora. Luego trabajé en Salamanca, en Dial y los 40 Principales así como en una emisora independiente, Radio Espacio, donde me planteé hacer un programa de cuentos.

-¿Con qué narraciones comenzó?

-Historias de los pueblos y de las culturas. Eran cuentos vinculados a la tradición popular para adultos. En aquella época yo desconocía que existiera el oficio de cuentacuentos. Fue algo que hice de manera instintiva.

-¿Cómo comenzó con los relatos infantiles?

-Tras trabajar en Burgos en la radio, me fui a vivir a Lanzarote hace casi nueve años, donde coincidí con una amiga de Salamanca y nos planteamos volver a poner en marcha una asociación que iniciamos en la capital charra, y en la que aunábamos las artes plásticas y la música para transmitir que el arte puede ser un instrumento decisivo en la educación. Al volver a coincidir desarrollamos este proyecto que incluyó un taller de cuentacuentos. Presentamos varios proyectos al Ayuntamiento de Lanzarote y nos dieron la oportunidad. En esa primera ocasión me vio una bibliotecaria que me propuso acudir a «la hora del cuento» al centro donde trabajaba.

-¿Qué supuso para usted?

-El descubrir que cuando contaba cuentos al acabar me sentía transportada a un mundo de fantasía. Iba con la idea de ser un personaje que les estimulara la imaginación. En las primeras ocasiones actuaba mucho por instinto, aunque ahora analizo y, a veces, reinvento los cuentos.

-¿Cuál es el secreto para ser un buen narrador?

-Sentir lo que estás contando. Sentir que lo que estás diciendo es importante y que el cuento que tienes entre manos merece la pena ser oído.

-¿Qué beneficios genera en el niño este tipo de relatos?

-El cuento reporta infinidad de beneficios al pequeño. Desde que se vea reflejado en él o que realice una serie de descubrimientos sobre lo que le rodea. El cuento es un magnífico instrumento para la fantasía.

-¿Desde qué edad es bueno escuchar estas narraciones?

-Desde pequeñitos, ya que lo importante es inculcar el amor por el lenguaje. Creo que hay que ir paulatinamente con frases, canciones? Debemos fomentar que la palabra y la comunicación entre dos personas cobre protagonismo.

-Muchos intérpretes dicen que el público más infantil es más exigente que el adulto. ¿Sucede lo mismo en el ámbito del cuento?

-No. Personalmente me cuesta menos trabajar con el público infantil, será porque me resulta más fácil conectar con ellos. No obstante, con algunos niños es más laborioso captar la atención que con otros y son mucho más espontáneos. Recuerdo que en un colegio una niña me dijo: «cuentas muy bien los cuentos», lo que me gustó porque fue muy natural. En cuanto a los adultos, éstos marcan una distancia.

-¿Cómo intenta que desaparezca?

-Trabajo más con la voz y aporto más vivencias personales. Me gustan mucho las historias que narran cosas importantes desde un punto de vista más irónico.

-Desde 2002 que comenzó usted a estos momentos, ¿ha habido muchos cambios en los cuentacuentos?

-Sí, es un oficio mucho más visible. Cuando comencé ya había bastante gente y existían circuitos habituales donde actuar. En los dos últimos años se nota una pequeña recesión. Se contrata menos y algunos escenarios han desaparecido por la crisis, pero quiero creer que se valorará más este oficio, ya que desde hace unos años hay más personas que lo conocen. Antes se pensaba que lo de contar era una cosa sólo para niños y ahora en cuanto alguien asisten a una sesión de adultos, vuelve en cuanto tiene oportunidad.

-¿Narra cuentos propios o ajenos?

-Ajenos. Alguna vez he escrito alguno, pero no ha salido a la luz. Mi aportación son comentarios entre los cuentos que hilan la sesión. Poco a poco vas renovando el repertorio. No yo narro ningún clásico, salvo que me lo pidan.

-¿Es la primera vez que realiza una sesión en Zamora?

-Sí, la primera ocasión y me ha hecho mucha ilusión. Surgió debido a que el año pasado conocí a la directora de la Biblioteca Municipal de Zamora, Rufi Velázquez. Le comenté que no había contando nunca en Zamora y me invitó a participar en estas jornadas. He estado un poco nerviosa, porque es la ciudad donde nací, la ciudad donde me crié y que dejé por buscar otros horizontes, pero el público ha respondido bien.

Zamora, 1973

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca. Se aficionó a la palabra al trabajar en la radiofórmula en Zamora cuando contaba con 18 años. Posteriormente trabajó en Salamanca en Cadena Dial así como en 40 Principales, labor que compatibilizó con sus estudios. En esta etapa colaboró en una emisora independiente, Radio Espacio, donde comenzó a contar cuentos. Actualmente se dedica profesionalmente a la narración de cuentos y reside en Lanzarote. Poco a poco se está dando a conocer tanto en el archipiélago canario y ahora en la península.