En Belver de los Montes, Tierra de Campos, a Fuencisla Herrera la conocen por «la de fuera». Instalada desde hace dos años en una casita de la calle La Fuente junto con la pequeña de sus cuatro hijos y su actual marido, Fuencisla narra una experiencia vital increíble y persigue demostrar otra extraordinaria. Que el reconocido pintor cordobés Julio Romero de Torres es su bisabuelo. Para ello, inició hace tiempo un camino sin retorno que acabará, así es su deseo, en una sentencia que cambie sus apellidos por los del artista de finales del XIX.

En medio de esa investigación, Fuencisla Herrera carga con el peso de una vida sin suerte: «Mi marido me quemó la casa y el coche, dos de mis hijos están en un internado de Madrid, he vivido en la calle y ahora estoy en Belver porque no tengo otra cosa, soy consciente de quien soy». La madrileña se dice funcionaria del Estado en excedencia, «a la espera de destino en Zamora o Valladolid», pero su aspecto revela su pasado y presente artístico. Quienes la vieron cantar copla en tiempos, saben de su espectáculo «La reina loba». Y así es como define su personalidad. «Soy una luchadora y quiero sacar esa vena de loba que llevo dentro para demostrarle a mucha gente quién era mi bisabuelo».

En medio de su relato, Fuencisla improvisa una copla sobre un fondo musical grabado que deja fuera de toda duda su vocación artística. Más incluso que su currículo, repleto de referencias difícilmente cotejables, como su triunfo en el Festival de Benidorm de 1983 o en el Festival de la canción de Santander años más tarde o sus coros en canciones de Rocío Jurado y Juan Pardo.

Hace tiempo, su abuelo Ramón le dio las primeras pistas para recorrer su árbol genealógico familiar, en el que falta un eslabón, o varios. «Nos contaba que su madre era una marquesa de Córdoba, que le habían comentado que en la Feria de Mayo en Córdoba la había dejado embarazada un lord inglés que trabajaba en una base americana», recuerda Fuencisla, quien no se conformó con la historia incompleta.

En unas vacaciones, se traslada a El Puerto de Santa María con un nombre en la cabeza, Ramona Montesinos. En la hemeroteca, halla su esquela, comprueba que pertenece al Señorío de Villaralto y que su fallecimiento dista diez días con el nacimiento de su abuelo, Ramón Herrera. La historia casa con los datos familiares, pues a Fuencisla le habían contado que su bisabuela murió en el parto de su abuelo Ramón, más adelante adoptado por los Herrera, un matrimonio a todas luces mayor para tener un hijo de tan corta edad.

«Con los datos de la esquela, doy con parientes vivos de Ramona Montesinos y averiguo todo de ella», narra Fuencisla y conoce que «cuando su madre muere, queda al cargo de su abuela». Sin embargo, ningún dato nuevo sobre el tal lord inglés, de planta inusual, que supuestamente había dejado embarazada a su bisabuela. A continuación, «investigo los lores ingleses de la época visitando Córdoba. Y finalmente me decido a visitar a un familiar por parte de su mujer, Alberto Oliart -actual presidente de RTVE-, quien me dice que no busque entre los lores, sino en el entorno familiar», explica.

Para entonces, Fuencisla ya sabe que su supuesta bisabuela, Ramona Montesinos, despechada por su marido, se mueve por Córdoba, donde tiene una agitada vida social y conoce a un joven e incipiente pintor, Julio Romero de Torres, quien posteriormente llegaría a dar clases a su abuelo Ramón e incluso «le regala un cuadro». Con la búsqueda en punto muerto, Fuencisla da con un lugar en el que tienen expuestos varios billetes de la época -en uno de ellos aparece Romero de Torres- y «entonces se me iluminó la bombilla». El parecido físico entre su abuelo y el pintor y las numerosas coincidencias en el espacio y el tiempo son decisivas para que Fuencisla haya decidido volcarse ahora en demostrar el parentesco. La artista de Alcalá de Henares asegura contar con el apoyo desinteresado de un abogado de El Puerto, que «lo ha visto claro y quiere ayudarme a demostrarlo judicialmente».

Pero, ¿qué supone para Fuencisla dejar su apellido Herrera y llamarse Romero de Torres? «Una satisfacción personal de algo grande que he conseguido para dedicárselo a mis hermanas, que me han dicho que estaba local por intentarlo, a mi padre fallecido y a mucha gente que quiero darle en los morros».

Las coincidencias

Parecido físico

La cantante de Alcalá de Henares destaca el parecido que hay entre Romero de Torres (izquierda) y su abuelo Ramón Herrera.

La marquesa Ramona Montesinos

Su supuesta bisabuela pudo coincidir con el pintor en la Feria de Mayo de Córdoba en 1896, de cuyo encuentro nacería el abuelo de María Fuencisla.

Una institución en Córdoba

El artista Romero de Torres se ganó su prestigio gracias a su obra, fruto de su talento y de su incesante actividad viajera. Vivió con intensidad la recta final del siglo XIX y el inicio del XX y dejó un legado artístico que, en su mayor parte, se encuentra expuesto en el museo que lleva su nombre en Córdoba. Entre sus obras más conocidas, cabe citar Amor místico y amor profano, El Poema de Córdoba, Marta y María o La Saeta. En la imagen, La Venus de la Poesía.